El aroma de mi fuerza
Día tras día la monotonía se impone, los mismos que haceres, la misma rutina, todo parece confabular para terminar en un día sin sentido, entonces oigo un maullido, así es, son mis michitos; como de costumbre me aproximo a ellos, los sujeto en mis manos «son tan suaves» pienso, para luego colmarlos de besos… ¿besos? eso...