Desenlace
La peca de tu rostro: punto y final de nuestro amor.
1184participaciones
Admisión de originales: del 7 de diciembre de 2022 al 23 de marzo de 2023 (la fecha de entrega se ha ampliado)
Periodo de votaciones: del 24 de marzo al 23 de abril de 2023
Fallo del Jurado: el 19 de mayo de 2023
La peca de tu rostro: punto y final de nuestro amor.
Al mediodía, llega ella, levanta la misma maceta, se para en seco, no escucha nada, cruza el umbral buscando el refrigerador, único equipo importante. ¿Qué es esto?—exclama al ver el maletín. Le da vuelta sin tocarlo como hiciera un perito sin guantes ante un cadáver. Ese maletín lo reconocería entre miles, no hay duda, seguro...
Enseñame… a respirar después de que el río se ha desbordado. Al salir del colegio, solo pienso en la enorme vergüenza que he pasado, cuando la profesora me llamó la atención por el corazón que escribí en la pered del salón, junto a mi banca, con tu nombre y el mio. Llamó la atención de...
No me canso de la sensación de amanecerme: el ardor de los ojos, la pesadez en la cabeza y un peso en los hombros. Sabes lo maravilloso que es respirar el frescor de la hora de las brujas y sentir por un lapsus de tiempo esa soledad gratificante que te suele arrebatar los primeros rayos...
El picor de la barba de pocos días
El sonido de la rotura del grafito del lápiz cuando escribes.
La huella del aliento atrapada en la ventana.
Infraleve: (…) Aplican condiciones y restricciones Cierra así el escueto manifiesto. …condiciones; No como en aquel aire de los «Resorts» y «Malls» de la Florida. El solapado terrorismo, anticipando tus deseos sabe de tus flaquezas, Avanza colonizando tus sueños. En un abuso confianzudo de la segunda persona. Suena arcano y misterioso aquello: «una caja de sombras»...
Infraordinario. No fue un beso como esperaba, suave, caliente y resbaladizo. Fue un beso de arena, un beso de labios pequeños, y aún así no pude evitar querer cogerte fuerte la cabeza y traerla más hacia mí, más dentro de mí.No pude evitar un suspiro —un aullido casi— que te pilló desprevenido, creo. Un suspiro...
Los movimientos del mangal iban de aquí para allá, suaves como un baile de vals, y orquestales, como los vaivenes de un concierto de violines hechos de palitos.
Mi pobre tío, moribundo, amante de la vida, pide en su lecho de muerte que le coloquen al oído un gran caracol que tenía en su mesita de noche. —Es mi ticket, Adiós…
El verano se había instalado. La María, sofocada, se levantó de la siesta, discutiendo con los grillos, que parecían formar una macabra orquesta. Menos mal que amainó ese ventarrón con olor a bicho hediondo, mezclado con peperina y piedras calientes. Algunos chingolos volaron bien bajito por el patio. El ramito de romero colgado en la...