De su oscuridad a su luz (Infraordinario)

De su oscuridad a su luz (Infraordinario)

Angie Leon-Moore

23/03/2023

No, las abuelas no siempre son esos seres amorosos, complacientes o dadivosos como muchas de sus idealizaciones. Algunas abuelas son fieras indomables, portadoras de sacrificios y dolores, llaman a la oscuridad desde lo más profundo de sus entrañas para abrazar con esta todo lo que hay a su alrededor. Las abuelas, más allá de su perfil femenino denigrado, son el poder que ha quedado en la esencia de su descendencia, son el pálpito de nuestra intuición y son las correctoras de caminos tergiversados. Mis abuelas, en particular, siempre fueron un modelo poco recomendado a seguir. En ellas había una frialdad innata y vivida que pocas abuelas tenían el derecho de expresar. ¿Pero, por qué esa frialdad? ¿Es acaso una furia insaciable por una vida que no tuvo piedad de ellas? ¿O es acaso la represión de amores y sueños más profundos? ¿O son ambas?

Mientras me desarrollaba a lo largo de mi infancia, conocí el poder y la indolencia de sus espíritus, el adoctrinado sistema en el que crecieron, hicieron de ellas unos seres malévolos frente a mis ojos inmaduros. Cómo podría yo comprender que acaso serían ellas la razón de mi identidad y del modelaje de mis propios hábitos. Cómo podría mi alma pueril, cargar con tan grande bagaje que ellas cargaban en sus propias almas. ¿Si la justicia fue débil, si el amor fue débil, si la compasión fue débil, si el tiempo les ha quitado tanto y les ha dado migajas, cómo podrían ellas, mujeres que han visto el pasar de tantas estaciones, haber cubierto todo de luz en vez de oscuridad? Me preguntaba en aquella juventud frágil y poco discernida.

Pero la vida es sabia, en ella hay una sabiduría que solo puedes ver a través de la ventana del pasado. Cuando tus actos y pensamientos se pierden en esa misma oscuridad, cuando la vida te obliga a cargar con pesadas maletas. Cuando descubres tus propias heridas de donde brota el dolor, cuando al mirarte en el espejo del alma puedes ver sus rostros con las marcas del tiempo, puedes ver sus ojos ahora llenos de sabiduría y sus cicatrices que llevaban tan ocultas. Cuando descubres que eres ellas y que ellas son tú, cuando su legado ha quedado grabado tan profundo en tu ser, que es eso lo único y todo lo que te queda de ellas. Ahí, en ese punto, fue cuando pude ver su luz.

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