La sabiduría de un hombre de mar

La sabiduría de un hombre de mar

Rita Cam

27/01/2023

Godofredo Rangel conduce una de las embarcaciones que llevan turistas por los manglares de Puerto Pizarro (Tumbes – Perú). Pero, no es un guía cualquiera, a diferencia de otros que repiten de paporreta su guion, él comunica, con pasión y admiración por la naturaleza, las maravillas que encierran esos exóticos lugares.

Me ayudó a caminar con el lodo hasta las rodillas por la Isla de las Aves, toda una aventura para una citadina como yo, me enseño a respetar la intangibilidad de nuestros tesoros nacionales y, con mucha cortesía y ternura me explicó que no nadie podía quedarnos en ese paraíso, por que diferentes especies de aves anidan en el lugar.

Me contó como a los 15 años, siendo todavía un joven imberbe salió de su pueblo natal ubicado en algún lugar remoto de las serranías piuranas hacia la aventura en la gran ciudad de Lima, llevando consigo solo una dirección escrita en un pedazo de papel.

Como en su primer día de trabajo se le sancochaban los pollos antes de que él, novato en el oficio, ¡pudiera sacarle las plumas! y que en poco tiempo adquirió tal habilidad que pelaba un pollo por mano en apenas ¡5 segundos!

Con ese afán de superación que caracteriza a los peruanos, llegó a ser vendedor-distribuidor de chocolates de una gran fábrica limeña, contando entre sus principales clientes a los más selectos clubes limeños e importantes instituciones gubernamentales.

Por la mala economía del país, se quedó sin trabajo y sin una moneda en el bolsillo, llega a Tumbes e incursionó en la pesca artesanal: “…la pesca artesanal de meros gigantes es una constante medición de fuerzas entre el hombre y el pez. Si el pez es más fuerte y gana la batalla, se va libre y con derecho. Si gana el hombre, habrá comida para la familia. Así, uno se gana el pan de cada día, en una pelea limpia, de igual a igual. Cada vez que sales al mar, sabes que vas a luchar con la naturaleza y cuando regresas con el bote cargado, te sientes un triunfador”
me dijo.

Con el pasar de los años, decidió dedicarse a mostrar las maravillas de los manglares y poder transmitir toda la sabiduría que esconde la naturaleza

Quizá hoy él no me recuerde ni sospeche como, la profundidad de su filosofía de vida influyó la mía.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS