INFRAORDINARIO

No soy una escritora ortodoxa, no laboro cada día para que la musa me pille trabajando, la ignoro y, ella aparece cuando no tiene un mejor postor que la reclame.

Escribo cuando la musa se acuerda de mí, después guardo los escritos porque considero que son ordinarios, de poco valor.

Por debajo de lo ordinario, en una escala de valores, ¿qué es lo que existe?

¿Las coses a las que a nadie presta atención? las coses que todo el mundo mira, ¿pero nadie ve?

Las cosas que todos ven, pero ¿a nadie impactan? Los humanos catalogamos todo, pero, ¡resulta difícil catalogar!

Mareando la perdiz con pensamientos ordinarios, llega la musa y me pregunta: ¿Cuántos latidos ha dado tu corazón desde el primer llanto que soltaste en este mundo?

He pasado de las letras a las matemáticas y me he puesto a calcular, naturalmente con una calculadora…

Con unas 60 pulsaciones por minuto, o sea, rondando la bradicardia y sin contar las extrasístoles que todos tenemos…

En una hora 60×60= 3.600 latidos

En 24 horas=3600×24= 8.6400 latidos, veinticuatro horas es un día.

En 365 días= 86.400×365= 31.536.000 latidos, en un año.

¡Si ahora multiplico por los años que estoy paseando por este mundo?

¡Qué horror! Mi corazón debe estar ya muy cansado, ¡AL borde del colapso!

La pantalla de mi móvil es pequeña para esta cifra: 2,491344e9, he tenido que poner mis nociones de matemáticas al día; si la coma la corro nueve espacios me da esta cifra… 2.491.344.000… 2.491 millones, 344.000 mil latidos y, sigue al píe del cañón, hasta el momento que estoy escribiendo…

Esto es un acercamiento a la realidad, cuando estoy ansiosa, preocupada o haciendo deporte mis pulsaciones se acercan entre 90-100.

Después nos dicen que la Vida es un soplo… después de 79 años pienso, con razones de mucho peso que la Vida no es un soplo, más bien, es un milagro INFRAVALORADO.

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