De mi amiga sus hormonas,

del otro que es un criminal,

y de mí, que soy depresiva…,

¡todo vale para golpear!

Mia es la maldición de ser fuerte,

mía la de no gustar.

No sé si es que siempre soy diferente,

o que digo la verdad.

Que si gorda o delgada,

o risueña, o callada…,

nada más que son problemas

porque me quiere esclava.

El, que me trata a su voluntad,

ya que es lo más normal.

Si yo me opongo a su trato,

no sabe que más pensar.

A mí me sonríe y se ríe,

aunque sé que solo finge,

pues suya es casta parricida.

Con el todo son mentiras.

Si me enfado y protesto

no aguanto una broma,

más es cuando me enfrento,

que ya no soy una persona.

Por el crimen de ser yo

fui tratada a patadas.

Por el crimen de ser yo…,

¡no hay lealtad que valga!

Me creyó presa facil,

golpeando con soberbia.

Pensando que mi silencio,

solo mostraba mi miedo.

Pero, aunque eso parezca,

no soy perro o felpudo.

Yo también tengo garras,

pudiendo cerrar mis puños.

Asi sonrío, asiento,

como si no fuera su culpa.

Guardo mi rabia profunda,

hasta que llegue mi tiempo.

Pues soy como el árbol

derribado por el rayo,

derecho y desgarrado.

Sigo enhiesta, orgullosa.

Si el ser yo es mi crimen,

el ser yo es mi derecho.

Que no soy tu marioneta,

para jugar con mis sentimientos.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS