Aplauden los actores al único espectador,
él se asombra y aterrado disimula,
yo solo vine a mirar, solo quiero mirar,
ah, claro, yo también pero esto es la vida cruda,
y aquí no hay espectáculo que ver solo una tragedia que paliar.
El espectador huye del teatro,
yo solo quiero mirar, piensa,
y bajo la luna, en la noche, entre los coches,
un depredador devora a su presa,
pero él solo quiere mirar,
y detrás de un oscuro decorado
un hombre golpea a su esposa,
y en ese mismo instante, siente culpa el mundo,
el mundo culpable baja la mirada,
y con un dedo acusador dirigido a la conciencia del hombre
susurra: tú eres culpable.
Yo no he hecho nada, se contradice a si mismo el espectador,
pues por eso, acusa en su mente otra voz,
¿por qué me culpa a mí el mundo?
yo, no he hecho nada, solo miraba,
y el mundo le replica: tu mirada crea la realidad.
Y el hombre, que es el mundo, piensa que es inocente,
pero no hay mirada inocente,
porque la visión y aquello que se ve…
ay, aquello que se ve…
Y un hombre a gritos en plena calle:
¡No hay diferencia! No hay diferencia!
El espectador se asusta pero el loco le increpa,
Nada es diferente, todo es igual.
Lo siento, no le entiendo y tengo prisa,
Claro que no me entiendes,
por eso te asustas,
pero no hay diferencia
lo que divisa es lo que divisa.
Pero el mundo me culpa a mi,
porque solo quiero mirar, es de risa.
Risa, contesta el perturbado, piensa en la risa de un niño inocente,
su sonrisa e inocencia, piénsalo.
Y el espectador huye,
y su propia conciencia le mira,
le mira desde fuera,
entra al teatro y se acomoda,
los actores le miran,
Está bien, es que soy un artista
y queria contemplar, confiesa avergonzado,
Desde el escenario alguien comenta:
pero ese ver, ese mirar, tiene precio,
ven aqui.
Y todos le increpan gritando:
¡VEN, VEN AQUI, BAILA, BAILA!
¡No quiero vivir, joder! grita el espectador indignado.
Ya pagué el precio,
solo veo a unos seres haciendo el idiota,
y encima me piden que acompañe su baile necio.
¡No, no! yo lo entiendo, pero nadie lo quiere ver,
pues os jodéis, y bailais,
es lo único que sabéis hacer,
a mi no me suicida nadie,
la culpa es vuestra, joder,
vivo en el exilio voluntario
porque he visto el terror
y no hay peor ciego
que el que cree que ve.
Cae el telon.
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