Hola fue el adiós del comienzo.

Hablaba justo de ti, de tu manera de ser conmigo, de tu manera de reír conmigo y si… de cómo sucedió… les contaba la desilusión y la confusión. ¿Recuerdas lo que paso? Aquella noche de invierno donde las hojas de un cuaderno eran mis testigos, donde solo el lápiz y el papel entendían que… nuestras almas estaban sufriendo por querer adelantar los hechos. En un tiempo que no nos pertenecía pero… Nuestros corazones tercos no lo comprendían.

Y mientras mirábamos las estrellas como príncipe en busca de su doncella. Ahí ocurrió la mayor confusión, el mayor error… el peor… ¿Entiendes lo que digo? Claro que lo entiendes, tu estuviste ahí al igual que yo… Sentiste mi corazón y yo el tuyo. Latiendo a la misma velocidad y no es por exagerar pero… metimos la pata… ¿Recuerdas lo que paso? Claro que lo recuerdas, estabas en mis brazos como luciérnaga en un frasco. No te quería soltar y absurdo pero verdad, no querías escapar.

Pero fue un error y lo sabes, y aunque digas que no lo sabes yo no seré tu pingüino.- Risas- Si, si tu pingüino y sé que dirás que suena ambiguo… Pero sé que lo recuerdas… No, nos reiremos de los chistes en las cascadas ¡Vaya que chistes! Ni los abrazos en la madrugada. Sé que lo sabes y aun lo recuerdas, como dijo un famoso grupo de México Sin bandera “En esta no nos toca tender juntos la cama” Hola y adiós. No te abandone, ni me abandonaste solo simplemente lo olvidaste.

Claro lo olvidaste y lo olvide, queriendo sin querer o sin querer queriendo. Fuimos participes los dos, yo siendo el chocolate y tu el biscocho. Tu siendo café y yo frio en el invierno ¿Tierno? Si, si lo es ¿Lo recuerdas? El cafuné por las noches, las salidas en los coches, las tardes del desayuno – Risas-Si el desayuno ¿Lo recuerdas? Las noches en velas pegado a un cuaderno o Word haciendo una edición, tus fotos de sorpresa ¡Sí que me sorprendían!

Las caminatas en el parque ¿Cómo olvidar eso? Las risas ocasionadas por los saltos bungee ¿Recuerdas el parapente? Pero soy residente de los textos y estoy en un mundo que no pertenezco. Fiel a la escritura, fiel a la razón y fiel a la vida dijo Charles Finney en su libro de teología.

Charles y yo tenemos algo en común, la escritura y Dios son nuestra pasión. ¿Lo olvidaste? Creo que si… quisiste que dejara lo que soy y lo que me apasiona pero… te salió el tiro por la culata… todo de un momento a otro se esfumo, no te abandoné, simplemente seré fiel a lo correcto. Adiós!

– Petit Géant

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