Cualquier mañana…………….

Paseo de Acacias

Un barrio de Madrid. En el margen izquierda del Manzanares.

Cerca de los mas típicos , pero sin una gota castizo ,arboles jóvenes , fachadas sin estrechos balcones y anchas aceras .

En este barrio, no tienen la suerte de despertarse un domingo, con el sonido de una trompeta, asomarte al balcón y disfrutar del baile de una cabra sobre una pequeña silla.

No este es, el Madrid del ladrillo y las miradas criticas.

La gente hablando sola por la calle , gesticulando a dos manos, de vez en cuando se tocan la oreja, y enseñan su móvil. No, no están locos están conectados. Uno que corre de vuelta a casa ,esta de mono , se dejo el móvil en la mesilla. Las nuevas adicciones.

Mas gente habla sola, una mujer, habla con su hijo, si no fuera por que tiene cinco años se lo diría por wasapt………

-Hijo, te he dicho muchas veces que no puedes mirar así a la gente por la calle.

No es de buena educación.

Esa gente, que te parecen raros , no hay que mirarlos, pues no son tan raros ,si la chica quiere lucir su pelo de color verde .

A saber, con que se lo habrá pintado, y su amigo , que se pensara que es un pirata con un pañuelo atado a la cabeza, y pendientes por toda la cara, mira si hasta ese vagabundo del banco los mira, que penita de hombre para que necesitara vivir con dos perros , por lo menos los podía atar, si se le escapan son capaces de morder al negrito del supermercado, que ganas esa señora de dejarle el paraguas , cuando salga, aun se quejara si no lo encuentra, nada menos que la vecina del 1º , parece que baja a comprar en pijama que pintas,

Si es que niño, lo mejor es que no te fijes en nadie que andes de mi mano,

Pero dame la mano,

-Mi hijo, ¿ pero donde esta mi hijo.?

– Señora . Le dijo el empleado del kiosco,

– Creo que se dejo al niño en el bar.

La mujer se giro y vio a su chico que salía del bar, se recorrió los veinte metros y le agarro fuerte del brazo ,hasta que el muchacho grito.

Mama te habías dejado una moneda en la tragaperras.

Y que relativa es la vida, en andar veinte metros, ves montones de defectos ajenos, y en toda una vida te es difícil reconocer uno solo en ti mismo.

Hablando de Madrid.

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