Recuerdo que me invitaron a dos fiestas el mismo día, como una se hacía cerca de casa ir allí me pareció la mejor opción, entonces arreglé con mi hermana y unos amigos. En aquel tiempo mi hermana tenía 14 y yo 15 años, debíamos pedirle permiso a nuestro padre, luego de convencerlo durante una hora más o menos, nos dio el tan deseado SI. Cuando llegamos a la fiesta, miramos a nuestro alrededor estaba prácticamente vacío, todos se aburrían.

Media hora más tarde se acercaron amigos y nos rogaron para que nos vallamos con ellos a la otra fiesta, mi hermana y yo terminamos aceptando. Tuvimos que ir caminando y para colmo se hacía en un barrio peligroso, entonces íbamos los trece muy cerca uno del otro, preparados para echarnos a correr en caso de que alguien se acercara a hacernos algo malo por ejemplo robarnos, así estuvimos durante varios minutos, hasta que por fin llegamos a nuestro destino. La casa en la que se hizo la fiesta estaba ubicada en el barrio Lambaré de Ingeniero Mashcwitz.
Eran las tres de la mañana estábamos todos hablando, riendo, bailando y tomando un poco de alcohol. La fiesta se hizo en la casa de una amiga y la mamá estaba controlando.

En un momento a unos de los invitados se le ocurrió la asombrosa idea de prenderse un porro, el olor era insoportable, ni bien la madre de mi amiga lo notó se enojó mucho y nos echo a todos de su casa, eramos aproximadamente unos setenta, la mitad se fueron para un lado y el resto tomaron el mismo camino que el de mi hermana y yo. Eran las cuatro y media am, en las calles a esas horas no había nadie, salvo los que se juntaban en las esquinas para robar o drogarse. Luego los chicos que estaban con nosotras empezaron a hacer mucho ruido, gritaban y jugaban a pegarse entre ellos, hasta que un hombre que era muy conocido en ese barrio, el cual estuvo preso por robar y matar, se enfureció por la hora que era y “nosotros” gritando, empezó a quejarse por qué mierda estábamos en su barrio haciéndonos los vivos, corría detrás nuestro con un revolver en la mano. La verdad que fui la que más tardó en reaccionar en esa situación, era la primera vez que me encontraba en peligro, también la primera vez que iba a ese barrio, antes de eso no había estado en un lugar tan oscuro y me refiero a que percibí unas malas energías, observe que la mayoría de las casas eran muy humildes, y muy pocos de ese barrio no eran delincuentes.
Luego miré a mi alrededor, estaban todos adelante a cien metros de distancia, excepto uno de mis amigos que retrocedió y me dijo Mica apúrate que lo tenes al señor a dos metros tuyo, me estiró del brazo y empezamos a correr tan fuerte como podíamos, ese día tuve la genial idea de ponerme unos zapatos altos y hacian que mis pasos sean más lentos, en ese momento mis amigos se encontraban del otro lado de la pasarela y nosotros recién por el primer escalón, dentro mio pensaba, que bueno que mi hermana está del otro lado, también recuerdo que cada segundo que pasaba se me hacía eterno, sentí adrenalina como nunca en mi vida. Corrimos tanto que él que nos seguía se quedó en el camino, pero se escuchó un tiro a lo lejos, yo estaba confundida no tenía idea de donde provenía el ruido, me asuste mucho, no sabía si dispararon a alguno de mis amigos o peor aún a mi hermana, Después de unos minutos, terminamos todos en el mismo punto, una plaza que estaba cerca de mi casa, ahí notamos que todos nos salvamos de que nos hicieran daño. Mi conclusión fue que el que nos siguió tiró un tiro al aire para que nos asustáramos y no volviéramos a su barrio. yo no pensaba volver allí, tampoco volver a salir con mis amigos, gran parte de lo que sucedió fue su culpa, por comportarse como unos niños tontos.

Cuando todo lo malo pasó pensaba dentro mio, que suerte que tuvimos gracias a Dios no nos paso nada a ninguno, no quería ni pensar de como se hubiera sentido mi padre si se enteraba de que nos mataron o quedamos heridas tras haberle mentido, no quería que pasará lo mismo que con Mariel, esa chica de 14 años, que vivía en la misma localidad que la mia, Ingeniero Mashcwitz- Escobar. Le pidió permiso a su padre para ir a dormir a la casa de una amiga, pero lo engaño, se fue a bailar con sus amigos, por lo menos ese era su plan. De camino al boliche, ella y sus amigos estaban alcoholizados, uno de ellos manejó su auto ebrio y a causa de esto sufrieron un accidente muy grave en la autopista Panamericana, el cual acabó con su vida y la de su amigo que conducía, tres de sus amigos sufrieron heridas sumamente graves, pero sobrevivieron. Cuando le contaron lo ocurrido al papá de Mariel, el no lo creía, decía que estaban muy equivocados , repetía que su hija estaba en la casa de su amiga y que ella nunca mentía, se negaba a aceptar la realidad, hasta el momento en el que tuvo que reconocer a su hija, se le partió el corazón en mil pedazos.


La muerte de Mariel conmovió a todos los que la conocieron.

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