El hombre que debía una muerte

El hombre que debía una muerte

Amy Fernández

11/12/2017

El hombre era de mediana estatura, pero parecía más alto, era delgado y vestía invariablemente pantalón negro, camisa blanca, pañuelo al cuello, zapatos con «taquito militar» y sombrero también negro.

Pasaba caminando erguido, por la vereda de enfrente. Serio, con la mirada baja, no saludaba a nadie.

Las comadres del barrio cuando lo veían pasar miraban para otro lado y se persignaban.

Una era chica y preguntaba porqué, de eso no se habla, era la respuesta.

Pero tanto insistir fueron soltando el rollo.

Parecía ser que hacía unos cuantos años atrás, el hombre entró en un «bailongo» y encontró a su mujer, bailando con otro y ahí nomás, sin explicaciones los apuñaló a los dos y huyó.

Ella sobrevivió, su acompañante no.

Fue buscado el agresor y nunca encontrado.

Pasados muchos años volvió, nunca lo apresaron.

Vivía en la casa que había sido de sus padres.

La historia nunca fue olvidada, desandaba las calles del barrio sin que nadie lo mirase a la cara.

Se lo merecía, rumoreaban, después de todo, «debía una muerte».

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