VOLVER

Ayer , en mis días de infancia, caminaba descalza por los senderos de la tierra rojiza en la

exultante selva . Parecía acariciarme,abrazarme con su brisa cálida y el movimiento de sus

ramas agitadas por un suave viento proveniente del arroyo , como invitándome al cauce del arroyo,ese que corría cantarín entre el monte y en donde se reunían los habitantes de la selva a calmar su sed.

Hoy, pasado el tiempo , vuelvo a sentir bajo mis pies la suave caricia de la tierra misiónense, invitándome a fundirme en su naturaleza.

Han pasado los años , todo sigue su curso , el inmenso arroyo cantando entre los viejos cedros y estos haciendo compás con el movimiento de sus hojas en constante danzar.

El viento suave presente es la que marca el ritmo de la animación de las hojas , en tanto disfruto el hábitat selvático.

Vuelvo a caminar descalza por los caminos piqueteros de mi tierra rojiza, donde nací …

Saludar la brisa que juega en mi rostro, zambullir mis pies en el arroyito en donde croan las ranas y los peces que van paseando y posando sus cuerpos de colores, representando el mejor arco iris,deleitándome con su espectáculo.

Vuelvo al amanecer para disfrutar del exquisito aroma de las flores … Para sentirme dichosa al caer la tarde y recibir un nuevo anochecer .miro a las hormigas como hacen trabajando unidas para recolectar las hojas que serán su sustento.

Todo parece formar parte de un cuento de hadas y me hace sentir como antaño; una joven traviesa y libre en la naturaleza maravillosa de mi tierra guaraní .

Observo a los niños guaraníes, pacientes , aguardando con calma la llegada de algún

temporal. Vientos ,lluvias, para luego adentrarse en el monte y poder cazar a las

hermosas corzuelas, y pescar al rubio dorado.

No se atemorizaban , nacieron juntos. Sin julepes, solo la bravura de esos niños

valerosos.

Heroicidad y transparencia. Intrépidos en las tierras indómitas ,en la selva impenetrable

y sus ríos caudalosos.

Pies descalzos , cuerpos curtidos al viento, chiripa de bolsa para tapar su intimidad

Caminaban los senderos en busca del sustento. Monte adentro ,rio arriba …

Todo y todos en la naturaleza y en ella vivían.

Madres aseando a sus hijos en el río, amamantándolos en la choza de paja y hoja de

palma .

Artesanos naturales, dibujantes de realidades…

Arquitectos de pasiones y defensores de su cultura .

Quien entiende la vida siente vergüenza y no deja de admirarlos.

Quisieran emularlos, ser tan real como ellos, desprovisto de la materialidad

Nadie los iguala, son únicos…

Su humildad, su honestidad, la simpleza de sus palabras enseñan , invitan a reflexionar

sobre la diversidad cultural .

Enseñan a través de los hechos .

Nos enseñan a ver a las personas por los que son y no por sus características exteriores.

¡ Cómo para no volver !

Seguiré viajando como un pájaro con trinos de paz , esperanzas…

Para apagar la sed que nos devora por dentro.

Con estelas de centellas luminosas , junto a las luces de cada amanecer, dándome

aliento para continuar volando aun en medio de mis tormentas, corriendo las barreras

grises de mis penas para llegar a renovarme antes del desapego terrenal.

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