Mis tres ciudades
Barcelona. Archivo de la cortesía, albergue de los estranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos, y correspondencia grata de firmes amistades y en sitio y en belleza única.

Córdoba. Con que el tiempo traidor la mente cubre! De Córdoba el soberbio poderío, Hoy por ti se descubre; Que la Sultana empieza a recordar sonando su grandeza.

Girona. La Catedral de Girona es alta, severa y a la vez parece estar en silencio, ligada a la ciudad con la cual se entremezcla. Se nota la piedra, sólida. El aspecto gótico devora al románico.

Prólogo

La idea de escribir esto surge tras los acontecimientos que actualmente estamos viviendo en 2011, de crisis y falta de responsabilidad, porque en aquellos tiempos de principios de los 80 aún perduraban iconos como el sudor, el esfuerzo, el sacrificio. Me encontraba, pues, dándole vuelta a mi sesera en el «Café König» y me dije: Lo que nos falta, a diferencia de 1847, son sindicatos e intelectuales con conciencia de clase y teoría crítica.

Hay poca felicidad en la vida de las personas y no hacemos nada para remediarlo. Hemos descubierto hace poco que gran parte de nuestra felicidad adulta se decide en los primeros 5 años de nuestra vida. Si estabas abandonado o sufriste malos tratos, esto repercute en tu vida de mayor. Si tu entorno no fue afectuoso y no estimularon el deseo de profundizar en el conocimiento de las cosas y las personas, entonces de mayor vas a sentir indiferencia o rechazo hacia los demás.

La gente es infeliz porque se niega a cambiar. Ya entendemos como somos, pero todavía no sabemos por qué somos como somos. No es ninguna traición, cambiar de opinión.

En la vida no es importante elegir, sino saber incorporar LO BUENO y MEJOR de cada tendencia.


Así que hoy en día nos encontramos frente a posiciones casi de infancia eterna, jóvenes pasivos y anestesiados, a los que les coge por sorpresa el “espabila” y “el futuro que os espera será muy duro”.

La revolución deseada y maravillosa sería que en la escuelas enseñaran como funcionan realmente las emociones, como por ejemplo distinguir entre la ansiedad y el miedo, técnicas para olvidar o revelar los mecanismos que nos llevan a tomar desiciones, el ser humano puede mejorar al ser humano. ¿ Cómo ? mediante la Educación.

Podríamos delinear la vida a modo de pasajes, que no por ser conocidos son a veces no cumplidos en su desarrollo, y quizá sea ese el motivo por el cual acarreamos problemas después,

Los primeros pasos son naturales, básicos y familiares:

1. Lactancia y temprana infancia
2. Infancia media
3. Adolescencia

Los períodos adultos

4. Arrancando raices, alrededor de los 18 años, cuando nos alejamos del hogar en busca de una ocupación y separamos a nuestra persona de nuestros padres, para explorar en nuestros amigos nuevos horizontes
5. La árdua década de los veinte
6. La proximación a los treinta
7. Echar raices y extenderse
8. Renovación o resignación

No me gusta demasiado la diferenciación de joven y viejo, pero ya me entendereis. El joven siempre vive pensando en el futuro, en alcanzar una seguridad que en realidad no existe, mientras que el viejo no piensa en el futuro porque no tiene. En cambio, goza de una memoria muy rica de vivencias. Rememorarlas resulta muy agradable y combinarlas aumenta la responsabilidad.

La Juventud

Los discursos son variados pero no cabe duda que tendrán menos recursos económicos y sociales. Se ha instalado el pesimismo en la sociedad después del recorte social de 2010, hasta entonces la sensación de crisis era mas bien teórica. Asi aunque hubiese oscuridad, los padres han ido protegiendo a sus hijos des-responsabilizándoles y dándole facilidades. Esto reveló una sociedad paciente, transigente, que vivía por encima de sus posibilidades.

Algunas opiniones que fui encuestando dan referencia a los pensamientos sentidos por los jóvenes sobre la juventud:

– «La juventud no es un tiempo de la vida, es un estado del espíritu.»

– Conozco gente de 30, 40 e incluso 50 años, que mira a gente de su edad y piensa «Yo no me veo tan viejo, me siento joven»

– Empiezas por valorar de otra forma las personas y las amistades, cambias de entorno, piensas muchísimo en tu futuro, porque cualquier decisión que tomes está relacionada directamente con tu futuro: qué estudiar, donde trabajar, establecer tus prioridades, etc…

– Tu entorno tiene sus expectativas, sobre todo los padres, y esperan que tomes la decisión correcta, a veces incluso intentan tomarla por ti… cometen errores (para mi) con tal de protegerte o de evitar que los cometas tu, pero pienso que si me he de equivocar, es bueno equivocarme, y aprender de ello.

– Y además está la sociedad… «los jóvenes son unos irresponsables, bla, bla, bla»… creo que nos tienen bastante descuidados, todo por «generalizar». Es cierto que hay jovenes irresponsables y de todo tipo, pero creo que se olvidan de que todos han sido jóvenes, nadie nace aprendido, y por supuesto, todos cometemos errores. Lástima que algunos jóvenes tarden en darse cuenta, y lástima que los «mayores» no se acuerden de sus errores y cometan el fallo de juzgarnos.

y por los adultos, también:

– Las tecnologías les ha absorbido por completo, no hay una relación directa con sus amigos todo es a través de móviles o redes sociales, nosotros fuimos afortunados, me hubiera gustado que conocieran nuestra época.

– Es gente afortunada, pueden disponer de gran cantidad de tiempo para poder cultivarse en lo que mas les guste y poder estudiar su carrera, en nuestra época debíamos compaginar estudios con trabajo.

– Yo soy muy afortunado tengo dos hijas con 12 y 14 años y creo que he sabido hacerles llegar mis valores, pero lo que si tengo claro es que somos nosotros, los adultos quienes debemos traspasar todos los valores positivos, ellos son nuestro futuro.

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