Viaje a Machurucuto.

Viaje a Machurucuto.

Manuel Ibarra

20/06/2018

Viaje a Machurucuto

El reloj despertador marca las cinco de la mañana, cuando Manuel se levanta de la cama. Después del aseo personal dirige sus pasos hacia la cocina a preparar el café, con el cual calmar el intenso frio que siente sobre la piel. Mientras tanto Miriam su flor de primavera continua plácidamente dormida debajo de las sabanas.

Sin perder tiempo agarra las llaves y sale del apartamento en busca del vehículo. Lo primero que hace como todo chofer en vísperas de emprender un largo viaje, es revisar los cauchos, los vidrios de las puertas, el aceite del motor. Seguidamente trata de encender la Toyota, una, dos, tres y nada. Reflexiona y lo intenta de nuevo, mete el acelerador y nada. Preocupado sale del vehículo, en ese momento se le acerca el encargado del estacionamiento y le dice:

-Eso debe ser la batería-.

Frunciendo el entrecejo Manuel responde:

-Quizás,……tengo dos años que no cambio la batería-.

Pasados uno minutos de infructuosos intentos por encender el vehículo, llega el auxilio, Ramón el encargado del estacionamiento se acerca trayendo entre sus manos una batería y luego de colocar los cables positivo y negativo, el motor de la Toyota Terios enciende perfectamente.

Antes de emprender el regreso al apartamento en busca de su esposa y los morrales, Manuel abre la ventanilla y le dice a Ramón:

  • Muchas gracias por el auxilio, espero traerte de regreso un kilo de camarones de Machurucuto-.

El viejo mecánico y encargado del estacionamiento responde:

-Caramba amigo Manuel, le aconsejo no agarre viaje con ese carro así, mire que lo puede dejar en el camino-.

De regreso en el apartamento Manuel se acerca hasta la cama y quitando las sabanas le da un beso en la mejilla a su negrita al tiempo que le dice:

-Mi amor despierta son las siete de la mañana y debemos agarrar viaje hacia nuestra casa en Machurucuto-.

A toda prisa Miriam se levanta de la cama y agarrando una toalla se dirige hacia el baño. Pasados unos veinte minutos ya vestida con ropa deportiva, la bella morena agarra la cartera y esbozando una sonrisa exclama:

¡Bueno ya estoy lista, agarramos viaje. No sabes las ganas que tengo de broncear mi lindo cuerpo en la playa de Machurucuto!.

Cómodamente sentados en los asientos Manuel y Miriam se desplazan a cierta velocidad por la Cota Mil con rumbo hacia la autopista Caracas-Guarenas. Un sol resplandeciente brilla sobre el firmamento y no se vislumbran nubarrones en el cielo que indiquen lluvias.

En el reproductor se escucha la voz de Daniel Santos el inquieto Ana cobero y tarareando la música Manuel le dice a Miriam:

-Mi amor vamos a detenernos en la siguiente bomba de gasolina para surtir el tanque, así aprovechas y vas al baño-.

Luego de detener el vehículo en la estación Manuel nuevamente mide el aceite de la caja y revisa la batería, no ha querido referirle nada a su mujer con la intensión de no preocuparla y echar para atrás el ansiado viaje.

De nuevo en marcha por la transitada autopista Caracas-Guarenas, el arriesgado Manuel siente que el vehículo comienza a perder fuerza por lo que decide bajar la velocidad y agarrar el canal derecho de lenta circulación. Inquieta Miriam baja el volumen de la música y pregunta:

¿Qué le pasa al carro, porque bajas la velocidad?.

-No te preocupes mi vida, seguramente una de las cuatro bujías se quemó o esta empapada de aceite pero a esta velocidad vamos bien en este canal hasta la próxima estación de gasolina-.

Media hora transcurrió hasta llegar a la estación en donde lograron ubicar a un viejo mecánico de carretera, quien les dijo:

-Señores yo puedo revisar el motor del carro pero ese trabajo de diagnóstico cuesta un millón de bolívares en efectivo-.

Tragando fuerte Manuel respondió:

-Señor nosotros no tenemos en este momento esa cantidad de dinero y menos en efectivo-

¿ Usted acepta una transferencia bancaria?.

Frunciendo la arrugada frente el mecánico respondió:

-Entonces lo siento amigos, yo no trabajo gratis y menos acepto transferencias bancarias, les recomiendo que llamen a una grúa, para que remolque el carro-.

Con ambas manos sobre la cabeza el pobre Manuel no encontraba que hacer y en ese momento Miriam se acercó y le dijo:

-Mira esto te pasa por no hacerme caso, ayer te dije que revisaras muy bien el carro antes de emprender este largo viaje-.

¿Ahora que vamos hacer?.

De pronto una luz ilumino la cabeza de Manuel y agarrando el teléfono marco el número de su compadre Yonaikel en Caracas:

-Alo compadre, gracias a Dios que agarraste el teléfono, mira estoy en una bomba de gasolina como a una hora en la autopista Caracas-Guarenas, el carro se me accidento cuando viajaba con Miriam rumbo a Machurucuto, puedes conseguirme una grúa y venir a buscarnos-.

-No te preocupes compadre ahora mismo salgo para allá, dile a mi tía que se tranquilice-.

A las diez y media de la mañana llego Yonaikel a la estación de gasolina en compañía de un cuñado que tenía una grúa para el remolque de vehículos.

Después de los saludos y bendiciones la Toyota Terios era remolcada de regreso hacia Caracas y en su interior Manuel y Miriam se lamentaban por no haber podido cumplir el sueño de realizar el viaje hacia su casa de campo a la orilla de la playa en Machurucuto mientras en el viejo reproductor se escuchaba la música de Leonardo Fabio… otra vez será….otra vez será…lindo amanecer…..,.

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