Justicia por mano propia

Justicia por mano propia

Mario Papich

20/06/2018

No entendía lo que había pasado. Mis manos sedientas de venganza y furia habían cometido el desgarrador silencio de castigar lo insano, de eliminar aquello que frustraba mi alma, presionándola de tal manera que me había absorbido la poca luz que me sustentaba. Desesperado en un taxi camino a mi destino, hostigaba mi corazón para darle razón a esa muerte pensada y justificada. Ya no había vuelta atrás. A toda velocidad me dirigía hacia el final de mi historia; hacia el acantilado que me abriría el paso para descansar por fin de esta implacable vida sin sentido que ya llegaba a su fin. Esto también lo pensé, sustraer este automóvil, tomar prestado algo que iba a destruir. Ya no hay más para hacer. Cuando leas esta carta entenderás que mi camino se terminó, que aquel maligno que destruyó nuestro hogar dejó de ensuciar almas nobles. La muerte de Lu, está saldada. Hoy por fin descanso en paz. A partir de hoy somos libres; tu en la tierra de los desconsolados y yo en el purgatorio de mis realidades cometidas. Un viaje más en mi vida, un camino sinuoso que despertó soledades, un mar tan profundo como la herida que dejó abierta hasta los huesos. Esta es mi despedida. Hasta siempre!

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS