Sobre tu ira inocente

Sobre tu ira inocente

Rober Ta

11/06/2018

Tu violenta erupción de monólogo con éxito me deseaba óbito oblicuo entre los ecos intentando subrayar lo sublime de tu juicio, y no resultó difícil arrastrarme hacia donde sea – más lejos de tu ira, en busca de nada, ya que no entendía qué estaba pasando, ni tampoco el cristal lateral estuvo del todo roto. Solo dibujó la decepción natural en tono escarlata, poniendo fin a los giros nuestros inesperados. Te pido perdón. Sí, te dejé rasguños y te cicatricé por ser un padre ausente todo ese tiempo pero sabes bien tu alma no lo merecía igual que yo a aquella salida extraña en KM-239 la que borró todas las posibilidades de explicárte lo inexplicable tal vez por lo obvio de que no tenía derechos ningunos a entrar en tu pequeña vida después de no haber existido a su debido tiempo.

Los olores a lejía intentaron despejar los fosfenos. Fue complicado tejer los puentes oníricos con los de la realidad pero en pocos segundos (tal vez muchos) entendí mi ubicación. La enfermera no me dijo mucho pero sí lo más significante:

– Aun no puede tener visitas. Pero creo que puedo hacer una excepción.

¿Acaso serás tú? ¿Acaso empezarías el viaje del perdón?

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