ABIGAIL

Entre piedras y ruinas del desierto chileno, donde la vida y el tiempo se visten de soledad, emerge solitaria la comuna de Alto Hospicio.

Silente y pensativo sentado en mi balcón, aparece en la lejanía la figura de una mujer, se nota que no tiene oficio, lleva todos los sufrimientos sobre su piel, lentamente se acerca al condominio donde resido, acompañada de dos perros salvajes, su voz es ronca dañada por el hielo de la noche y el calor del día, temblorosa me dice , señor tengo un niño postrado y es el mayor de tres tiene siete años y solo quiero agua para beber, yo vivo en la primera roca en medio del basural , sé que usted me puede ayudar, llevamos tres días sin comer, entre el viento seco y el sol de amanecer, me apunta hacia un lejano lugar ,mire allá se ve mi hijo jugando de camisa naranja,ya tiene 5 años, lentamente bajo las escaleras con agua y pan ,le pregunto con voz serena y natural sus perros muerden si visito su hogar, entre lágrimas me responde como un misil, si alguien o mis perros lo atacan solo grite mi nombre… Abigail.

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