Nunca podrás comprender la frustración que me generaban tus palabras cada vez que pagabas conmigo tus problemas del trabajo. Jamás podrás experimentar ese dolor. Mi infancia ha sido construída en base a esas palabras que me dedicabas, las cuáles me han hecho sentirme insuficiente durante mucho tiempo.

En parte te lo agradezco, esas palabras me hicieron la persona que soy ahora mismo y con ellas he conseguido saber valorar cada día. También comprendí que este mundo está repleto de crueldad, por todos lados, vivimos rodeados de una ignorancia que no podemos esquivar. Puede que yo también haya hecho cosas mal a lo largo de mi vida pero, en cambio, admito mis errores.

Esto es algo que pocos hacen, el egoísmo está por las nubes en esta sociedad y ya nadie es capaz de ayudar al otro solo por verle feliz. Que mundo más triste y cruel. Si alguna vez encuentras a una persona que sea capaz de alegrarse por tus logros como si fueran propios, no la dejes ir. Porque de esas personas quedan pocas. Y ya perdiste a una con tus palabras.

Creo que en el fondo todavía te quiero,

gracias por formar parte de esta triste historia mamá.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS