UN CADÁVER SONRIENTE

UN CADÁVER SONRIENTE

Tony Manhatan

12/01/2019

Jimenez dio otro sorbo al café y apretó la tecla para que el ordenador procesara los datos.

-Vuelve a dar error otra vez- dijo con tono malhumorado.

-A la larga estos pequeños matices en la personalidad se traducen en potenciales crímenes, actos delictivos, problemas de conducta, conflictos en las relaciones…-prosiguió Jimenez.

Baja los niveles de egoísmo un poco más, dijo Emma.

¿Mas? protestó Jimenez, ¡si están casi a cero!

Parece ser que las más mínimas distorsiones en la conciencia tienden a acrecentarse a la larga, dijo Emma.

¿Y entonces? preguntó Jimenez

Solo hay una solución, ponerlos a cero. Respondió Emma

JAJAJAJA rió Jimenez. ¡Es un disparate! ¡No podemos reducir al ser humano a nada!

Pero es la unica opción, contestó Emma, todos los caracteres de la personalidad a la larga dan error.

¿Y si no hay características egoístas personales, que queda? dijo Jimenez.

Parece ser que lo que queda es una auto conciencia de… nada, una clara y prístina conciencia transparente. Respondió Emma

No puede ser, ¿que hay de las grandes personalidades, de los valores, del carácter de los hombres y mujeres? Dijo Jimenez

Pero nos han ordenado quitar las imperfecciones y las neurosis al traspasar a las personas a los nano recipientes.

¿Me quieres decir que las personas son todo neurosis e imperfecciones? Dijo enfadado Jimenez.

No soy yo, es el ordenador. Al incorporar las características personales al programa en todas las pruebas que hacemos, el predictor vaticina caos, conflicto y desorden, tu lo has comprobado conmigo. Hemos bajado los parámetros de identidad al mínimo y aun así con el tiempo tienden a acrecentarse. A no ser que el programa esté equivocado la única solución es ponerlos a cero, erradicarlos. Dijo Emma.

¡Pero es un crimen contra la humanidad! Gritó Jimenez.

Solo obedecemos ordenes, dijo Emma. Según la constitución universal de 3058 no podemos crear nada que vaya contra los derechos y valores humanos universales establecidos, es ilegal.

¿Ilegal? ¿ilegal? Gritó Jimenez.

Tranquilízate, dijo Emma, todavía no sabemos que se siente al entrar en ese estado de conciencia. Yo puedo probarlo.

¿Quieres que te traspase al nano recipiente? ¿Estas segura?

Si, estoy segura, casi me atrae, porque estoy sufriendo mucho en mi vida, no encuentro razones para seguir viviendo… y bueno, esto parece la solución a todos los problemas.

Te colocaré el traje y te sumergiré en el flujo cuántico. Tú serás absorbida y no te darás cuenta del proceso, perderás la conciencia y tu cuerpo comenzará el proceso de su muerte mientras que tu conciencia, o mejor dicho, lo que quede de ella, despertará en el nano receptor.

Iniciaron el proceso y tras unas horas Emma ya estaba en el nano receptor.

-Dios, es la primera vez que hacemos esto, quiero saber como está, tal vez algo haya salido mal y Emma no esté en ningún lugar, espero no haberla matado.- Pensó

Jimenez.

Escribió en el ordenador: Emma, por favor, si estas ahí, contesta, estoy preocupado.

No salió ninguna respuesta en la pantalla.

Mierda. Pensó Jimenez.

Miró el cadáver de Emma: sonreía.

Soy informatico, pensó Jimenez, ella debe estar en… espera, mierda, ella no está.

La he eliminado. Lo único que queda de ella es… algo vacío, perfecto…

¡Nada!

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