De clepsidras y ladrones

De clepsidras y ladrones

Susan Sutherland

08/01/2019

¿Busca la calle Clepsidra? ¿Pues empieza justo ahí, donde está ese artilugio de cristal?
Ese cacharro es precisamente una clepsidra…Un ladrón de agua.
¿Qué para qué sirve? Pues para medir el instante que pasa. Es un temporizador ancestral de los tiempos de Amenhotep I. Imagínese… ¡Casi nada!
Las ansias del hombre por tasar lo inaprensible son viejas…
¿Quiere que le explique cómo funciona? A ver…el sistema es sencillo, casi idéntico al del reloj de arena… No le aburriré con los detalles. Hay infinidad de maneras de hacer una clepsidra, pero básicamente consiste en dos recipientes, uno debajo del otro, comunicados por un diminuto orificio.
El tiempo que emplea una cantidad fija de agua en pasar de uno a otro, calculado por medio de unas marcas, indica los minutos, o las horas o los días… Simple pero eficaz…
Clepsidra… Ya le dije que significa ladrón de agua aunque los griegos terminaron llamándolo ladrón de tiempo… Acertado, sin duda alguna.
Nuestra existencia está llena de clepsidras ¿No cree? Asaltantes de nuestro bien más preciado y más escaso, vampiros de nuestra vida, empezando por nosotros mismos. Sí… Nosotros somos los mayores ladrones de nuestro propio tiempo.
¿Puedo preguntarle qué busca usted por aquí? Espero que no sea tiempo. ¿Lo es? ¡Vaya por Dios!
Deje que le diga algo…En la calle Clepsidra, usted podrá encontrar relojes de aguja, de agua, de arena, de cuarzo…, pero si viene buscando tiempo se irá con las manos vacías porque el tiempo que persigue ya lo tiene…
A ver como le explico… Supongamos que usted es una clepsidra. Su agua, su tiempo, ya está dentro de usted, concreto, exacto, imperturbable e irá deslizándose inexorablemente hasta la última gota. ¿Me sigue?
Sin embargo, a diferencia de una clepsidra convencional, nuestro recipiente de tiempo no tiene un solo ladrón. Está lleno de orificios que conectan con otras clepsidras.
Cuantos más orificios deje abiertos, más vida perderá por ellos, de modo que lo que debe buscar no es el tiempo que ya posee sino las fugas.
¡Sí hombre! ¡Claro que se puede hacer! Requiere trabajo fino de investigador… Usted será su propio Sherlock Holmes y si me permite, yo haré de Dr. Watson, aunque nosotros contamos con una ventaja. Tenemos un espejo de tiempo.¿Quiere mirarse en él?
Posiblemente no reconozca su imagen, pero aquello que vea será exactamente usted. ¿Vamos?
Bien…pase por aquí…Ya estamos. Voy a encender la luz. ¿Preparado? ¡Ya!
Shhhhh ¡No grite hombre! No se asuste. Le dije que no sería un reflejo al uso. Pero es usted, o más exactamente su tiempo.
Fíjese… ¡Qué barbaridad! Parece un colador. No me extraña que tenga la sensación de no llegar. Demasiados hábitos viejos, demasiados compromisos, demasiadas pérdidas…
Mire…¿Ve este enorme saco succionándole? Indiscutiblemente es su clepsidra más golosa. Su trabajo.
¿Ve cómo salen de ella pequeños tentáculos que se enredan en esas otras clepsidras? En esta…la de la familia…y en esta otra…su propio ocio… Vaya,…Literalmente su trabajo fagocita su vida.
A ver… ¿En qué trabaja?…Ya veo… Y entiendo, por su reflejo, que todo ha de pasar por sus manos… Mal, amigo mío…tremendamente mal… ¿Qué por qué? Pues porque se le va la vida en ello.
Quizá debería invertir un poco de ese tiempo que le falta en rodearse de un equipo en el que pueda delegar. Sería la mejor inversión que hiciera nunca. Aunque la supervisara, parte de su labor se habría llevado a cabo al margen de usted y ese tiempo lo podría emplear en atender las demás parcelas de su existencia, esas a las que ahora apenas presta atención…Pero bueno…supongamos que no consigue delegar… Incluso así, puede organizarse para emplear mejor cada instante. Hágase un plan de prioridades y sígalo. Aúne gestiones, deshágase de todo aquello que le haga perder el tiempo… sí… ya sabe… reuniones eternas, llamadas interminables… Aprenda a administrarse y a utilizar la palabra mágica…NO. Esas dos letras le ahorrarán muchos dolores de cabeza… y no solo en su oficina…
Incluso en el escaso tiempo que le dedica a su vida familiar hay fugas serias.
¿Se da cuenta, por ejemplo, de que pasa todos los días por el supermercado para llevar a casa algo que le encargan en el último momento? Mal…Terrible… Organizándose ahorraría un tiempo precioso en viajes, recorridos por los pasillos, esperas en las cajas… Sume, sume todo el tiempo que se le escapa haciendo ese tipo de cosas. Investigue su agenda, la real, la que omite estas pequeñas fugas… Se dará cuenta de que a menudo, la clave está en organizar, elegir, simplificar…y poner límites.
No he dicho que sea sencillo. Hay demasiados ladrones de tiempo… Solo tiene que mirar esta imagen que tanto le ha asustado… Demasiados ladrones… Pero créame si le digo que no es imposible…
Usted es el tiempo que le habita. Malversarlo es desangrarse…es morirse… Procúrese tiempo de calidad, que le haga sentir satisfecho.
¿Cómo? Usted sabe bien como…
No se trata de ahorrar tiempo… El tiempo no se ahorra, ni se presta, ni se vende… Incluso si uno no hace nada, el tiempo se escurre y desaparece. Se trata de utilizarlo bien para ser feliz, para hacer felices a aquellos que le importan. Utilice bien su tiempo para tener tiempo… Tiempo para amar, para crear, para reír…
No le hace falta este espejo. Solo necesita darse cuenta de que usted ES su tiempo. Solo eso.
No me dé las gracias, por favor…Ha sido un verdadero placer ser su cicerone, aunque queda mucha calle por ver. Si algún otro día le apetece venir, yo ando siempre cerca.
¿Mi nombre? Cronos… ¿Sonríe? …Pura coincidencia, se lo aseguro.

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