Exhausto llegué a casa, luego de mi jornada como Profesor de Literatura, lancé mi

maletín sobre un sillón y en el otro desparramé mi agotada humanidad.

-Hola familia.

Fue mi advertencia de llegada, esbozada sin saber si alguien escuchaba.

-Hola amor, ya estoy contigo.

Escuché decir a mi esposa desde otra habitación.

Su tierno abrazo y cálido beso me reconfortó enseguida, sabía que todo el día ella

había estado trabajando en la casa y cuidando nuestros hijos, así que olvidando mi

cansancio me ofrecí para ayudarla en lo que necesitara.

-Sé que deseas descansar, pero mientras te preparo un café me encantaría que hables

con Ariana, vino malhumorada del colegio y no ha querido decirme nada ni tomar su

café habitual.

-Yo me encargo amor.

Dicho esto subí a la habitación de nuestra hija mayor y golpeé su puerta.

-Si eres Joaquín, no pases.

En referencia obvia a su hermano menor.

-Soy papá. ¿Puedo entrar?

-Si Papi, por supuesto, que bueno que llegaste.

Se notó un cambio en su tono de voz.

Ariana y yo somos muy compañeros, siempre tenemos charlas interesantes. Mi

esposa y yo siempre estamos atentos a las dudas de nuestros hijo, para que puedan

satisfacerlas en casa y no en la calle.

-¿Que pasa hija?, me comentó tu madre que has llegado extraña del Colegio.

-Solo un poco enojada con mi Profe de Filosofía, imagínate, di mi lección sin

equivocarme ni en una coma y luego me increpó diciendo que mi trabajo estaba

incompleto, creo que mencionó que le faltaba algo así como una… reflexión.

-Ariana, con lo que me dices, me dejas muy conforme con el Colegio que hemos

elegido con tu madre para ti.

-Pero Papá, si no había nada que agregar, lo dije todo.

-Si amor, te comprendo, dijiste todo lo que otro escribió, pero no lo que tú opinas del

asunto, tu parecer es muy importante. Quiero que comprendas la diferencia entre

enseñar y adoctrinar, si te dan la posibilidad de leer varias opiniones sobre un mismo

tema, podrás discernir y tener tu propia idea al respecto, si solo te quedas con lo que

otro dice te estarás adoctrinando y es un arma muy peligrosa, lamentablemente

utilizada por gente con poder.

La mejor manera que tienen los malos gobernantes de hacer lo que quieran sin

importarles la opinión de su pueblo, es mantenerlo sin educación o adoctrinado.

Tú eres una joven inteligente y no eres más ni menos que nadie, por lo cual, tienes el

derecho de formar tu propia opinión y hacerla respetar, pero eso lo lograrás si tienes

fundamentos.

-No lo había pensado de esa manera ¿en realidad la

Profe quería abrirme los ojos?, ¿a eso te refieres?

Dijo Ariana un tanto acongojada

-Exacto, viste que eres inteligente, sacaste una conclusión de mis escasas palabras,

eso esperaba ella de tu extensa disertación. Estaba respetándote como alumna, como

ser racional.

-Creo que le debo una disculpa a mi Profesora, cuando salí del aula evité mirarla para

no saludarla, actué como una tonta.

-Siempre hay tiempo para enmendar este tipo de errores y creo que la harás sentirse

bien, porque los que estamos a cargo de una clase no siempre podemos lograr

nuestros objetivos, pero saber que aunque sea uno solo de nuestros alumnos pudo

incorporar un arma civilizada para desarrollarse, es muy reconfortante.

El exquisito aroma del café caliente que me acercaba mi esposa me hizo inhalar

profundo, llenando mis pulmones de aire cálido, que olía a hogar.

-Hija ¿quieres que te traiga un café a ti también?

-Gracias mamá, pero yo puedo hacerlo, tú charla con papá. En realidad, pensándolo

bien….. prefiero un té y eso es lo que haré.

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