El llanto del Loco

El llanto del Loco

Angel Ricardo

01/08/2017

-Fanny, Fanny-… aún tengo en mi mente, la imagen de aquel hombre, al que le regalaba un par de bizcochos y un jugo casi todos los días; tengo la imagen de aquel hombre que veía siempre en la puerta de la iglesia pidiendo limosna, todo andrajoso, sucio y mal oliente, lleno de tristeza y de dolor; eso era lo que reflejaban sus ojos en mí.

Su nombre, jamás lo supe, pero lo que si sabía era lo que él había pasado.

Un sábado por la noche, salí de casa a comprar una hamburguesa y al pasar por la avenida lo vi, como siempre con esa mirada tan vacía, tan triste como si algo le hacía falta, como si él, más que limosnas pidiera … un auxilio, eso me reflejaba su mirada ese día.

Pase de largo, sin quitarme de la cabeza esa imagen que entre tanta suciedad pude llegar a ver unas lágrimas en su rostro, como si dos cataratas cayeran aun sin fin del vacío, como si su voz se perdiera entre tanta gente, como si una moneda para el hombre no significara nada.

Llegué al puesto de las hamburguesas y aquella imagen estaba allí todo el tiempo, parecía como si aquel hombre se conectara a mi mente, estuve perdido unos segundos creo, – Joven , joven, con todas las cremas – preguntó la señora, – y me da una más para llevar le respondí automáticamente.

Con las dos hamburguesas en las manos me acerque al hombre y le dije- debes tener hambre amigo y el hombre no me respondía; le hablé más fuerte- te invito una hamburguesa y sin vacilar, tomó rápidamente la bolsa y empezó a comer.

– De nada – le dije y me fui, camine unos veinte pasos y un vacío se sentía desde mi estómago hasta mi pecho- le falta una bebida, que tonto he sido- me decía yo mismo, mientras regresaba por una bebida para el señor. Al entregarle la gaseosa, me dijo– Gracias, amigo- me quedé pensando y le pregunte -¿está todo bien?, no hubo respuesta alguna a mi interrogante y me entró la curiosidad de saber más de él, quien era, porque se volvió loco o mendigo, etc.

– Fanny, Fanny – las lágrimas caían de su rostro y el corazón se me destrozaba al verlo sufrir y no saber porque , – si yo te amaba tanto, ¡ porque te fallé! ¡Porque te fuiste!, seguía sin saber lo que pasaba y aquel hombre se persignaba, balbuceando palabras y frases de sufrimiento.

Aquel hombre me miró a los ojos, y me dijo: -no siempre fui así , yo era profesor de música, en un colegio del estado, allí conocí a mi amada mujer, Fanny, nos casamos y tuvimos un hermoso hijo que nació enfermo y a los 3 meses de vida falleció, el golpe fue tan duro que mi esposa y yo, entramos en gran depresión y yo me incliné al alcoholismo, deje de trabajar, y ya nada me importaba, mi matrimonio se fue al ¡Carajo!… y lo perdí todo, mi hija , mi esposa, mi trabajo, todo amigo, todo está perdido- sentía con tanto dolor esas palabras, que casi se me llenaban de lágrimas los ojos, no podía hacer nada por él, no podía o no sabía cómo consolarlo, entonces me di cuenta que era muy tarde, no quería dejarlo solo parecía como si un amigo me estuviese contando sus problemas pero ya era tarde.

Camino a casa, me sentía tan pésimo, había dejado a un hombre, un amigo, un hermano no sabía ya como tomarlo, era un hombre al que yo lo conocía como «el loco de la iglesia», ahora ¿era mi amigo?, si no que cosa era no sabía, sentía que debía ayudarlo, que debía quedarme a escuchar y que desahogue conmigo el dolor, tal vez eso indicaban esas imágenes en mi cabeza… no era una moneda, no era una limosna, no era un pan, era solo un abrazo, solo un abrazo; para poder calmar… calmar siquiera en algo el llanto del loco.

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