Donde huele a café hay alegría

Donde huele a café hay alegría

Dice aquí que comienza mi aventura… ¿Cuál de todas las que se me es posible descubrir y gozar? y tan sólo con un máximo de 1000 palabras, ¿por dónde empezar?

Recordemos entonces que no hay fronteras en las maravillas ni límites en lo increíble así que todo, querido lector, irá de largo.

Amenicemos la situación y comencemos por donde es, por el inicio, por las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, ¡Ay papá!, un edén de aguas cristalinas, tibias y maravillosas en donde viven un sin número de especies que no paran de sorprendernos, palmas de hojas tan verdes como la esmeralda misma, comida tan mágica con un clima tan bello y delicioso, en el que el sol toca cada parte de las maravillosas islas… y hay un momento compañero querido, un momento tan especial y salido de los cuentos más fantásticos que es aquel arrebol que se hace en la madrugada; que lleva la música del viento a los oídos de quién esté allá, haciendo que los ojos de aquel que se haya atrevido a gozar de ello se hipnoticen con los vuelos de las aves en lo alto, haciendo juego con las notas de los tambores y la marimba que tocan los músicos isleños.

Ahora mi hermano acompáñeme a ir a la tierra de la cumbia y del ‘vallenato’, desde que usted llega puede sentir no sólo el gran abrazo del sol a la tierra arenosa, sino el cariño y apego de la gente de la costa caribeña, desde la Guajira con el toque místico de los indígenas ‘Wayuú’ y sus increíbles rituales, yendo hacía las maravillosas playas de Santa Marta, luego a la tierra del Joe Arroyo, la tierra del carnaval más grande y divertido de todo el país: Barranquilla, ‘la arenosa’ de donde provienen la mayoría de reinas de belleza a los concursos internacionales, después pasando por Valledupar, tierra linda del ‘vallenato’, tierra del acordeón en dónde la alegría no puede faltar; luego a Cartagena ‘la bella’, en donde la cumbia y las caderas de las mujeres son embrujadoras meneándose por la costa que se baña por el mar, mientras que puedes recrear la antigua tierra colonial en el Palacio de San Felipe de Barajas, de allí hasta Sincelejo y Montería, tierra bonita en la que su gente de dialecto costeño y con gran carisma te divertirá siempre.

El azul del océano del pacífico nos muestra a una tierra de puro sabor ‘afro’ con el ‘mapalé’ y el ‘Currulao’, una verdadera mina de oro; nos fuimos al Pacífico Colombiano de mis queridos compañeros de hermosa piel negra, de grande sonrisa y gran simpatía, gente que sale adelante sin importar lo que pase con una alegría total, tierra platanera que cubre el puerto más importante de Colombia, mi bella Buenaventura. Tierra que vio nacer a una de las mejores bandas nacionales, que nunca deja de resaltar los valores de su tierra: ChocQuibTown, chicos provenientes del Chocó, en dónde puede encontrar no solo ricos platos de comida sino gente con mucha felicidad y ‘flow’.

Si corremos un poco el mapa debemos llevar ropa de todo tipo, porque si pasamos por mi Cundinamarca, tierra de clima frío que vio nacer a la ‘Atenas de Sudamérica’, a la ‘nevera’, a Bogotá, debe llevar abrigo a la ciudad bonita que es visitada todas las semanas santas por los feligreses, quienes hacen un gran recorrido hasta llegar al gran santuario de Monserrate, tierra en la que el desayuno puede alegrarle el día: un ‘ajiaco santafereño’ o un ‘calentado’ y si nuestra elección es un clima tibio de primavera eterna, definitivamente estamos hablando de Medellín, Manizales, Pereira y Armenia, tierra con olor a café que puedes recorrer conduciendo un Jeep Wills o si lo prefiere en Chiva para luego ir al Parque Nacional del Café o a los Termales de Santa Rosa de Cabal; pero si definitivamente su elección es un calor sabroso puede ir a Cali, tierra ‘salsera’, con olor a caña, en la que puede disfrutar de un delicioso ‘Cholao’ mientras se entona bailando una salsa de ‘The Latin Brothers’, o de ‘Fruko y sus Tesos’, o si lo suyo es la tranquilidad puede visitar la capilla de San Antonio o el monumento de Cristo Rey; pero si aún no está contento, (cosa que creo imposible), puede partir a la tierra de las hormigas ‘culonas’ y del ‘ole-mano’: Santander y Norte de Santander, en dónde puede disfrutar del bello paisaje que le ofrece el cañón del ‘Chicamocha’ o de la compañía de algunos hermanos venezolanos en la bella ciudad de Cúcuta. Tanto recorrido me dio un poco de hambre, vamos a Huila y al Tolima y comamos un buen ‘Tamal’ con chocolate y pan, o si su preferencia es la buena carne, puede disfrutar de una sabrosa ‘Lechona’.

Viajemos al este del país y veremos a la tierra llanera, compañera de Venezuela, reina de los atardeceres más bellos que puedan existir, con los caballos más grandes, fuertes y hermosos que una vez pudiese haber visto; Cerca en el Casanare puede oír las bellas melodías de las arpas, maracas y cuatros junto a los trovadores haciendo que las parejas salgan a bailar intensos y alegres joropos, galerones y golpes, ¿no se le antoja ternera asada a la brasa con chicha de unama?

Si nos vamos al sur de nuestro mapa, encontraremos al último lugar que recorreremos, la amazonia, el pulmón del planeta compartido con gran parte de sudamérica, con misterios y grandes leyendas, como la de la flor ‘Victoria Regia’, hermosa y sin igual, así como el delfín rosado, los tigres, las bellas aves y el cómico mono ‘Tití’; tierra de árboles que no le envidian nada a los grandes edificios, como es el caso de algunas especies de ‘Ceibas’.

Venga a Colombia y enamórese como lo hice yo, recorra cada rincón del país y maravíllese de lo que aún falta por recorrer y acá lo esperamos.

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