LO QUE CONOCÍ DE LA VIDA

Conocí el sabor de las fresas salvajes.

Conocí que el alma pesa 21 gramos y lo que significan la Tierra y la Libertad.

Conocí a tres hermanos haciendo malabares con los Juegos del Hambre, y un huevo duro.

A una rubia despampanante, que me presentó a los dos primeros travestis que vería en mi vida.

Conocí a un hombre que había perpetrado más de 400 Golpes.

A un hijo, cuyo padre le había robado la identidad, dejándole solo la H.

Y a otro que no pudo conseguir su amor por su desmesurada nariz.

Conocí que la vida, está hecha de cristales rotos, y que hay noches de Iguanas y noches de Terciopelo Azul.

Que si eres una gata, más vale que no andes sobre tejados de zinc caliente.

Que nunca hay que jugar con extraños, sobre todo, en un tren.

Que siempre andamos volando Sobre el nido del Cuco. Que la memoria traiciona y por eso hay que tatuarse lo esencial.

Que los Amores Perros nunca perdonan y que a veces, no siempre, queda París.

Que somos hijos de un Dios Salvaje, por eso llevamos dentro la Semilla del Diablo.

Que las mujeres heridas son peligrosas, porque les han rasgado la edad de la inocencia y hay que acercarse a ellas desnudo, sin chaqueta metálica.

Y que cuando te hagan pedazos, hay que continuar viviendo, que no es poco, cada amanecer.

Alfredo Pérez Buendía.

Acomodador Cines Victoria, Talavera de la Reina.