Ahora si
Mi frágil mano blanca resalta el negro del revólver. Es pesado y frío. Siento el brillo penetrándome los ojos como dos puñales blancos. Me viene a la mente (siempre me viene a la mente) la imagen de un muerto. Recuerdo la potencia del culatazo, el estruendo del disparo abriéndose paso como una ola seca entre paredes...