Camas calientes

Camas calientes

Mara Blixen

01/07/2023

Tú luz se ha ido, papá…

Y llevo horas perdida buscando qué regalarle a mamá. Podría hacer un último intento acercándome a Caotics, mi tienda favorita en Malasaña. Allí siempre encuentro un mueble, una fotografía o un objeto de diseño picante, como los platos eróticos realizados en cerámica por la artista Andrea Santamarina. Pero lo haría sin ganas. Como todo lo que hago desde que tú no estás. 

Estoy baja… a lo Woolf; eso no es precisamente consolador.

Las piedras pesan, cada vez más… Yo nunca llevo vestidos largos como ella así que al no caberme en los bolsillos, las debo meter en el lóbulo de las orejas, ese órgano necio… Cuando están dentro suelen apretar. Molestan; a veces, como hoy, se arriman un poco de más y me termina doliendo tanto la cabeza que me pregunto por qué no se juntan del todo y barren mis pensamientos hasta arrasar con ellos. Pero no es así y entre las culebrillas del cerebro apareces tú para decirme que este dolor se pasará, que no dude en que voy a aguantar. Me aconsejas que busque consuelo en mi propia alegría, que invente una nueva aventura, que me la juegue otra vez…

Pero es que ya no quiero ser valiente. Lo que quiero es QUE VU-EL-VAS… ¡MALDITA SEA!

¿Por qué no podemos tomar otro vino más? Háblame, por favor… No seas cabezota como la última vez que te enfadaste. Vuelve y hazlo una vez más. Echo de menos tu voz. ¿Sabes que Luis ha traído tu ron favorito?… ¡Cómo me gustaría volver a discutir contigo sobre los tiempos modernos, sobre esa uva recia que esta vez sí iba a funcionar, sobre el último invento que se te ha ocurrido y del que estás convencido, nos va a hacer millonarios…! ¡Cómo me gustaba emborracharme en las lunas de Nerja contigo! Todos se iban a dormir y quedábamos tú y yo, filosofando en bajito, como de hombre a hombre… Joder, ¿Por qué no avisaste antes? Si ni siquiera me dirigías la palabra cuando caíste para siempre sobre el bancal. 

A veces, cuando escuchabas cualquiera de las historias que contaba de mis viajes extremos o de mis alocados novios, y sonreías echando una calada placentera a tu puro, yo me sentía orgullosa. Siempre decías que solo unos pocos elegidos podrían llegar a comprender el verdadero “meaning of life”; por supuesto, uno eras tú y es probable que vieras en mí que uno de tus hijos, al menos se había enfrentado a lo esencial, que un trocito de tu estela continuaría; y ese pensamiento te aquietaba…

Pero es que tu luz se ha ido…, lejos…, de repente.

Y cuanto más lejos viaja, más miedo tengo…

Ahora busco en camas calientes algo de sosiego que esconda el desaliento por tu pérdida; pero el roce obsesivo con la carne no hace más que agrandarlo.

Mara Blixen.

The meaning of lifeOs recomiendo este librito de filosofía de Terry Eagleton sobre la búsqueda de la felicidad. En español, el sentido de la vida.

Pieza musical de Marcos Cruz.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS