Un otoño gris desprendido de hojas amarillentas quebradizas.
un nido al intemperie,sorprendido bajo un cielo oscuro,una helada brisa.
Como ese otoño y nido me veo,me siento sumisa sin poder levantar vuelo.
Pues la pena de irse no tiene prisa. Solo un tibio sol me sostiene.
Ante la crudeza implacable de la muerte,que borró de mí la sonrrisa.
Solo esbozo una mueca inventada de vez en cuando y engañarla.
Un otoño sin hojas sin risas y el tiempo no tiene prisa, como reloj de arena.
Dejándome en pena inerte,recordando tú sonrisa.
Viviana G Cernadas (solescristal)
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