PESCANDO AFORISMOS

PESCANDO AFORISMOS

Antonio

03/06/2017

…¡venga, no me jodas!, ¿ahora sales con que tenemos que salvar la filosofía como si fuera una ballena o una tortuga?, o Grecia, que es la cuna de nuestra civilización, aunque de bien poco les ha servido cultivar tanta filosofía, ¿no te parece?, y sabes por qué, porque esa filosofía estaba en manos de follaniños;

¿es que tienes frío?, espera que echo más leña al fuego;

sí: follaniños, y el peor de todos era uno al que no se le ponía dura, Sócrates, que dijo aquello de que no había que acercarse a los chiquillos para encularlos, sino para convertirlos en ciudadanos mejores por medio de la razón; pero como la cabra siempre tira al monte, lo que hacía al final con la razón era metérsela por el culo a todo cristo porque eso, lo de llevar razón, era lo único que le daba gustirrinín; pero si cuando lo iban a ejecutar, que sólo por impertinente ya se lo merecía, echó a su mujer y sus hijos y se pasó la tarde con los amigotes teniendo razón sin parar;

¡estás tiritando?, acércate más al fuego;

créeme, si a Sócrates le hubiesen funcionado los bajos, Platón habría escrito monólogos; Platón, otro que tal, ¿qué le pasó en Siracusa?; allí quiso montar un tinglado para dejarlo en manos de filósofos, y sabes qué, pues que no lo colgaron de los huevos de puro milagro; si es que no puede ser, hazme caso, para qué tanta filosofía si la vida vino en un meteorito, que es como decir en un escupitajo sideral, y la inteligencia, a bordo de un ingenio tripulado por seres que no sé si eran muy listos, pero ascos al pelo no le hacían porque se follaron una mona en algún rincón de África; y de ahí venimos: bípedos implumes folladores; con esos mimbres qué esperabas, ¿qué no hubiera corrupción?, pues ya te lo digo yo: sin corrupción, este mundo sería una misa gregoriana, o peor, un relicario; que esa es otra: ¿qué ocurrió cuando esa panda de follaniños que también son los curas se inventaron el dios de la cruz?, pues que montaron su belén y, ale, veinte siglos llevan dando por culo con el cuento de que la vida padre empieza en cuanto te entierran; veinte siglos y lo que te rondaré morena, porque ese dios es como el Cid Campeador, que después de muerto seguía ganando batallas;

no te acerques tanto al fuego, que te vas a quemar la ropa;

¿no sabías que dios está muerto?, pues sí, fue Nietzsche el que se dio cuenta; Nietzsche, un llorón que iba por ahí soñando con superhombres que no se cagaran encima como él, que sufría diarrea crónica, se ve que de tanto latín y tanto griego; era alemán, y a los alemanes hay que echarles de comer aparte porque también son una superpotencia en materia de filosofía, y de qué les ha servido, ¿han dado ejemplo de desarrollo integral en algo?, sí: en liarla en cuanto pueden; ¿te suena Buchenwald?, ¿te suena Bundesbank?, ¿y Heidegger, te suena Heidegger?, pues era filósofo, ¿y sabes lo que hizo?, no se le ocurrió otra al muy imbécil que ponerse a juguetear con esvásticas como si fueran discos voladores;

¿quieres tomar algo caliente?, te ayudará a entrar en calor;

como iba diciendo, ¿de qué le sirvió a Heidegger su doctorado en filosofía?, eh, dime, ¿de qué le sirvió?; precisamente por eso no se encuentran pósteres de filósofos, ni siquiera de filósofas, y conste que, qué sé yo, Martha Nussbaum, en cueros y con la luz adecuada, tendría una foto más que apañada; pero no, la chiquillería prefiere para eso a Einstein, que ya nació con cara de póster y siempre ha quedado muy bien en la carpeta de los más gilipollas de la clase; qué gracia me hacen los físicos, ¿a ti no?; ¿has oído hablar de la Teoría Cuántica?, es un follón de tres mil pares de cojones que, básicamente, sirve para darle algo de que hablar a Sheldon Cooper y para saber que los átomos de la primera o del cogito ergo sum se lo pasan pipa haciendo carreras de cuadrigas a lo Ben Hur?, pero el día que uno de esos pirados le meta mano al cerebro, ya verás en qué cubo acaba la Filosofía; no le des más vueltas, créeme, esto no tiene arreglo, esperamos demasiado de nosotros cuando no somos más que palabrería, porque hay que ver lo que nos gusta darle a la sin hueso, que no es la polla, como dice una que yo conozco

¡oye, bebe despacio, que te vas a achicha…

Se despertó sudando. La garganta le ardía como si tuviera el estómago en llamas. Se sentó en la cama. Encendió la luz y sacó los antiácidos del cajón. Masticó deprisa los dos primeros, que le dejaron la lengua metálica y fría, y los otros dos se quedaron en su boca como caramelos de yeso anisado. Tomó el cuaderno y anotó:

Noche 24

1.- pensamiento occidental en manos de pedófilos

2.- origen vida: salivazo sideral

3.- origen inteligencia: marciano viola simio

4.- sin la corrupción, nuestro planeta: un relicario

5.-bípedos implumes fornicadores

Y ya no se acordó de más. Cerró el cuaderno y, al devolverlo a la mesita, tiró sin querer el despertador, que se desmontó contra el suelo. No se vio con fuerzas para recogerlo y apagó la luz. La dieta de tacos y burritos que le habían recomendado estaba siendo muy productiva para el libro de aforismos que preparaba pero, joder, a qué precio.

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