EL HOMBRE DEL SACO.

EL HOMBRE DEL SACO.

Cleva Valdés

07/05/2017

Hay un tipo en este cuento que atesora besos cada mañana. En ese recorrido que va desde el café hasta el trabajo, recoge todos los que la gente deja caer y sin ningún pudor los sacude y mete en un saco.

Hay una chica en el mundo (mi novia como él la llama), que adicta a este modo de amanecer devora todos los mimos que él envía .

El sujeto de la historia en cuestión no hace ascos de ninguno. Le da lo mismo las expresiones de puro formalismo de los que se encuentran en la calle en el trayecto a comenzar a vivir, que los besos encendidos cuando sale el sol de los amantes de una noche.
Luego en casa mientras piensa a su muchacha, los clasifica sin un criterio definido, en fin… improvisa.

LOS APASIONADOS :
Que incluye a los amantes, los poetas, los locos (acaso no es lo mismo?), los políticos, los suicidas.

LOS TRISTES:
Y ahí mete los de aeropuertos, los lluviosos, los de despedida (de los que no quieren decir adiós).

LOS MOJADOS:
Aquí pone en fila besos de pez, de aguaceros, de métete debajo de mi falda, de sécate los ojos, de chúpame las manos, de lengua hasta la garganta.

LOS TRAVIESOS:
Y vayámonos al cine (otra vez…), tócate mientras te miro, dame de tu boca eso que comes, vamonos de recholata.

LOS FORMALES:
Besos de oficinas, de gente que recién se conoce, de novias vigiladas, de matrimonios cansados, de conveniencias.

LOS SENSUALES:
Iluminadas aparecen Marilyn, Cora Pearl, Mata Hari, Monica Bellucci y la corte celestial.

LOS CASTOS

LOS IMPUDICOS
LOS GOLOSOS
LOS MARGINALES
LOS DE CINE

LOS PELIGROSOS

LOS COBARDES:

Arrebatados con violencia a la inocencia, los arrepentidos en la hora del juicio final, los que no se atrevieron… los que se dieron sonrientes, mientras la sombra agazapada murmuraba, traición, traición, traición.

LOS…

LOS…

LOS…

Diosss!!!… hay tantos, que decide irse a la cama, no sin antes mirar atrás por un momento…

LOS VITALES:
Y entonces llegan los niños, las abuelas, el mar, los dioses, las promesas y la FE.

A veces quisiera dejarlos tirados de cualquier modo, es un trabajo complicado y desconcertante este de organizar besos:

Porque los Tristes a veces se vuelven Mojados,
los Traviesos… Impúdicos,

los Golosos… Apasionados,

y así sucesivamente…
Los Cobardes y los Formales son los que menos problemas dan, jamás evolucionan.

Los Castos… Ah… los Castos… esos son otra cosa, temerarios en extremo, suelen devenir casi siempre a Mortíferos…

Y mientras este coleccionista recolecta besos, que envía sin demora, cada mañana (como prometió) a su amada, ella los aprisiona cuidadosamente en un laberinto que se auto construyó en el alma.
Entonces, con mas acierto que él, en vez de darles nombre les va asignando un sitio:

Golosos, Impúdicos, Traviesos, Mojados… entre sus muslos,

Tristes, Formales… a sus recuerdos,

Sensuales, Peligrosos… en su morbo,

Vitales… al corazón.

Cobardes, aún no los coloca, no es capaz de encontrar sitio.

Y con paciencia va tejiendo un traje de besos durante el día, que sabe, no terminara nunca,
porque en la noche,

mientras todos duermen,

ella desteje cabrona y sonriente (como la loca aquella, que cada noche deshacía la manta, en medio de una jauría de pretendientes, esperando a su hombre perdido entre cantos de sirenas),

sabiendo que mientras no lo termine y queden huecos por rellenar…

Él la seguirá besando.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS