El tiempo es un enemigo imbatible. Nunca fue aliado de nadie porque juega en contra de todos, y juega con ventaja.

El tiempo es un adversario implacable, que no da tregua, que no espera por nadie. Sigiloso y casi imperceptible, deposita su veneno segundo a segundo, y es en el reflejo del espejo el lugar donde aprecias su crueldad.

El tiempo es un maestro, que te enseña a ver las cosas desde otra perspectiva, que te enseña a esperar. Las cosas importantes suelen requerir del tiempo para formarse, y tú, de igual forma que la madre gestante aguarda la llegada de un nuevo retoño, tú aprendes a tener paciencia.

El tiempo es un sanador que cura las heridas y convierte el dolor en recuerdo. Los recuerdos se vuelven experiencia, la cual te ayuda en el cambio constante que es la vida.

El tiempo es un tirano, que nos tiene como esclavos. El tiempo nos mantiene prisioneros usando como cadena un reloj en la muñeca.

El tiempo es paradoja, siempre ha estado y siempre estará. El tiempo es infinito, y sin embargo, nadie tiene tiempo. El tiempo no se recupera, los momentos que perdiste y los recuerdos que no creaste no podrán ser devueltos. Mi vida se ha visto sentenciada ante un diagnóstico, reduciendo toda una vida a unos pocos años. Desde luego, decidí no pasarlos en la cama de un hospital viendo el tiempo pasar, viendo la vida irse.

Porque el tiempo no te espera, porque el tiempo nunca deja de correr.

El tiempo se mueve a un ritmo propio, sin contar con nadie; convirtiendo lo bueno en breve y la agonía en eterna. Los minutos pasan más despacio cuando te ahogas, cuando el sudor cae por tu frente y el aire no termina de llegar a tus pulmones.

Como si disfrutase con el sufrimiento y quisiera que quedase impregnado en ti cada golpe que da la aguja en el reloj como si de un tatuaje se tratara.

El tiempo es escritor, o al menos así lo consideraba Charles Chaplin al decir que era el autor que siempre encontraba el final perfecto.

A mí, con 25 años, me cuesta estar de acuerdo del todo con este pensamiento, pues ¿cómo puede un final ser perfecto si se lleva una vida antes de que haber tenido tiempo de ser vivía? No había coherencia, no había justicia. Me costó encontrar realismo en aquella frase de Chaplin, por eso tiendo a completar el pensamiento con otra gran cita, este vez de Einstein; el cual dijo una vez que el ser humano es parte de un todo que es el universo. Una parte limitada en el tiempo y en el espacio.

Quizá la limitada existencia del ser humano me impida llegar a comprender por qué se me priva de la posibilidad de crear una historia más amplia.

En ese instante, lejos de regocijarte en el victimismo alentado por las personas que te rodean, cuando aprendes a exprimir cada momento, a viajar, a probar, a descubrir, a no vivir sentado en un sofá… a conseguir una existencia plena aunque breve

Es entonces cuando el esclavo se levanta, cuando decide que la cuenta atrás que es la vida no supone la diferencia. Que el valor del tiempo no está en su cuantía, sino en cómo lo aprovechas. Llegamos al mundo con una fecha de caducidad, no importa en realidad cuanto tiempo nos dé, sino cómo lo empleamos. Conseguir marcar la diferencia, exprimiendo cada segundo de cada día. Solo tenemos esa manera de luchar contra el tiempo y, aun sabiendo que no podemos ganar, esa es la única manera de no perder.

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