Supervivencia gaseosa

Aquella tarde, algo inesperado rompió mi rutina diaria. Alguien decidió que mis semanas de quietud llegaran a su fin.

Noté un balanceo que no me parecía normal, al parecer, el destino quiso que alguien o algo diera comienzo a mi libertad.

Durante un buen rato así, preguntándome lo que pasaría en el futuro, lo que me aguardaba durante ese recorrido, el escándalo se acabó y volvió todo a la normalidad, pero con más silencio y sin sentirme agobiada.

Me sentía mucho más relajada, y me parecía que no estuviera siendo espiada por robots que intentaban protegerme.

Sumergida en el líquido en donde me encontraba, de pronto escuché como un chirrido por encima de mi, lo que me provocó un empuje irresistible hacia arriba.

Una fuerza enorme me forzaba a subir sin que yo pudiera mantenerme en mi sitio, como una gran aspiradora, y tuve que aferrarme a las paredes del recipiente, de forma desesperada.

¿Dónde me llevaría esa fuerza? ¿ Que podría hacer? ¿Y si no sobrevivivía?

Me fallaban las fuerzas, me cansaba de luchar. En ese momento observé que a mi alrededor habían más seres como yo, que se dejaban llevar ansiando llegar a la superficie que se soltaban agotados por el esfuerzo.

Desesperada, sin fuerzas, con un miedo aterrador y pensando que llegaba a mi fin, me solté dejándome ir con la corriente que me llevaba hacia arriba.

Cuando llegue a la superficie noté un gran alivio y mis temores pasaron. Me fusioné con el resto del oxigeno exterior dentro del recipiente y me sentí como una parte de la naturaleza.

Yo, una burbuja de gas normal y corriente…

SOBREVIVÍ

Anna