“Recuerdo que dolía, verla me dolía”

Una frase conocida, me arriesgo a quedar como un superficial al no conocer el nombre del autor, pero no creo que haya mejor forma de describir como me siento en este momento, seguramente han de pensar que solo soy otro joven enamorado buscando descargar su dolor, y por desgracia no se equivocan.

Solo eso soy.

Pero como miles he aprendido a vivir con ese peso que nos queda cuando solo podemos ver como lo que amamos se aleja de nosotros poco a poco y no podemos hacer nada… No, eso es solo una excusa, yo pude hacer algo, pero el pánico que me daba saltar al vacío siempre fue mayor a la necesidad que tenía de tenerla cerca…

Quizás por eso no la merezco…

Ella es tan brillante, no la comparare con el sol porque sería dejarlo en vergüenza… Bien, exagero, pero para mí ella es una estrella, capaz de iluminar por completo una habitación solo con sonreír… Es la que me hace darme cuenta que el “amor” no es solo una idea o emoción…

Es una promesa…

Tal como dijo antes alguien más, una promesa que se hace sin darnos cuenta, una que se forma desde el primer momento en que nuestros ojos se encuentran con los de ese “alguien”. Como cuando un padre ve a su hijo por primera vez, o como cuando vemos a una persona directamente a los ojos y pensamos “Wow, creo que encontré a la indicada/al indicado”.

Cuando dejamos de pensar y comenzamos a sentir…

Por eso puedo decir con certeza que cupido es un idiota caprichoso por hacerme esto, y por hacérselo a miles más, por hacernos formar parte de esta comedia irónica donde hacemos promesas con quien ya las ha hecho antes que nosotros, y los más desafortunados, como yo, somos testigos de cómo la esa persona la forma con alguien más…

Testigo de cómo nace un amor mientras otro muere…

Hay es cuando el gran acto de la vida sucumbe ante la brutalidad de la muerte, como una fantasía que se desvanece ante la realidad aun cuando las dos son igual de absurdas… Cuando te das cuenta que ese dolor que no se cura con nada no es más que una fantasía que la realidad no es capaz de disipar.

Y por eso duele, duele tanto…

Al principio, cuando solo lo descubres, es un dolor placentero, uno ligero que nos hace a todos masoquistas… Una pequeña ilusión que nos deja idealizar el amor… Pero cuando va a madurando, cuando esa persona comienza a brillar como ella lo hace para mí, es que te das cuenta que ese suave dolor se vuelve una mezcla de emociones que te queman y no te dejan dormir por solo imaginar un poco más su silueta, el contorno de su cabello y el contraste que hace con su rostro…

Imaginando por un segundo que está ahí… Contigo…

Y luego debes volver a la realidad, esa donde solo puedes rogarle a la fantasía que en tu próxima noche de insomnio te deje hundirte lo suficiente en ella como para que tu tacto se duerma y sientas que puedes tocarla por una vez…

Pasar esa línea que ambos dibujaron, ella con inocencia y tú con dolor…

Por eso es que duele, por eso es que el dolor mata poco a poco, porque podrás tener a miles más muriendo por ti, tratando de llamar tu atención o algunas valientes que hagan esa promesa para ti, pero tú nunca serás capaz de romperla mientras para ti…

El verla siga doliendo, como a mí me duele cuando lanza una sonrisa, que no es para mí…

Y es por eso que te prometo que hasta que no rompas tu compromiso con esa persona, tendrás uno conmigo… Uno simple…

… Yo te prometo, que seguirá doliendo…

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