EN LA DISTANCIA

Hola mujer amada.

Amada y nunca olvidada,

te escribo desde la distancia;

no la distancia de lugar,

sino la distancia del tiempo,

de los sentimientos,

de las complicidades,

de las caricias.

Te hablo desde aquí,

de un lugar alejado de ti,

de un espacio triste y meditabundo

que se presenta frío y melancólico.

Y así, desde aquí

veo pasar todo lo que a mi alrededor ocurre

y todo se me antoja soso y sin emoción.

La emoción que tu, mujer, le diste a mi ser;

la emoción que pintaba de colores el funeral más doloroso

y que convertía los momentos felices en verdaderos milagros de vida.

Hoy…

cuando he perdido ya la cuenta del tiempo transcurrido

desde que mi mundo se detuvo,

te dedico un pensamiento,

he tenido que alejarte de mi mente

y con esa mutilación he quedado castrado de sensaciones,

y el laborar diario y el respirar constante,

no son mas que una rutina que mantiene a este cuerpo

funcional en un mundo que ya es ajeno y distante.



SÍ ME TOCARA ESCRIBIRTE

Sí me tocara escribirte,

escribiría sobre el despertar

Sobre el cambio que ha tenido mi historia

desde que tu vida se unió a la mía.

Sobre todos los despertares en los que

la protagonista has sido tu.

Escribiría sobre nuestros retoños,

esos que con su inexorable entrar en la vida

llenan nuestra casa de bellas cicatrices.

Escribiría sobre la felicidad, el orgullo,

sobre la sabiduría natural con la que fuiste bendecida al nacer,

y que a mi bella morenita has heredado tan bien;

sobre la inspiración,

sobre el comprender que las musas existen

y tu amor mio eres la musa que permite a este incansable cuerpo

luchar día a día para poder construir nuestro edén.

Tendría que parar,

tendría que parar amor mio,

porque simplemente no tengo tinta suficiente, ni papel, ni nada

que pueda contener todas las sensaciones

que tu mi negra bella, despiertas en mi.

Si tuviera que escribir…

Escribiría ¡Gracias!


LUCHADOR DE LA VIDA

Retornar con la felicidad presente

con la expectativa reinante que todo sera mejor

con el aire limpio y libre la frente

porque lo que hay dentro es certeza y no simple candor.

Caminar los caminos, subir las pendientes

sabedor que la fuerza no se haya en el cuerpo inmersa

sino en el deseo, el ansía y sobre todo en la mente

que a cada paso te acerca imparable a la meta propuesta.

Saber que todo lo aprendido

y sobre todo aquello tan intensamente vivido

es lo que hoy permite

luchar con herramientas fuertes

viviendo la vida y sin temor a la muerte,

dejando en el camino tantos enemigos vencidos

que otrora fueron fuertes, pero ahora han perecido

bajo el cedazo inclemente

de la vida que a nadie consiente.


NOTA PARA LOS JUECES

Entiendo que un escrito «inédito» es aquél que no ha sido editado o impreso por cualquier editorial o similar. Como quiera que solo he escrito para este espacio que comparto con amantes de las letras; que no lo he hecho en ningún otro concurso, y que mis escritos no han sido premiados, supongo que los mismos mantienen el carácter de inédito. Por ello a continuación muestro dos escritos con estas características, en caso de que los jueces consideren algo diferente, les ruego a ellos no tener en cuenta los escritos a continuación, y les pido a los amigos lectores que sí los lean, pues fueron escritos al igual que todo lo que he parido, escrito con mucho sentimiento y con la intención que les guste. Gracias.


VIDA POR ORO

Dar la vida entera por una causa ignorada, por un fin ignoto,

por un deber ajeno, por un quehacer pasajero.

Gastar día a día nuestra corta vida por un puñado de oro,

por un pago malevo, por un raído estipendio.

Asistir resignadamente donde otras almas como la nuestra

igual aportan su vida, y la truecan por oro

y se confabulan creyendo, que la limosna recibida

es para propios mezquina, y para los otros cuantiosa.

Acaso vale la pena?

Acaso nuestro invaluable tiempo es tan exiguo que debemos entregarlo a nuestro amo antes que disfrutarlo con quien amamos.

Acaso cuando el ocaso llegue y con él llegue el retiro.

Será que en ese instante vendrán a borbotones esos a quien tan bien servimos, y que tan felices hicimos.

Esos a quienes como prostitutas nuestro vigor y sonrisa dimos.

Aquellos señores a quien tanta vida y fidelidad entregamos.

Quizá nuestro nieto reciba, por lógico y merecido remordimiento

todo el amor, el cariño y sobre todo el tiempo,

que a nuestro hijo por derecho divino, deberíamos haber entregado.

Y ya para qué; y ya para qué lo cargo,

y ya para qué sobre mis atrofiadas rodillas cargo la segunda generación

que con el poco tiempo ya que el otoño de la vida muestra,

queda para resarcir el daño que ya no puede ser reparado.

Llegar al lar con la satisfacción del deber cumplido,

con el cansancio lógico de la faena realizada,

y ver a los retoños dormidos con la mujer amada,

rutina diaria que a la vuelta de un suspiro,

se transforman nuestros críos en ajenos al abrigo,

y la mujer en una flor ajada, y con el tiempo ya olvidada.

Acaso vale la pena el poco oro acumulado,

acaso vale la pena el tiempo dado, los deberes cumplidos,

los mandados diligentemente realizados.

Cuando a la hora del retiro un reloj suizo sea el pago

por todo el tiempo robado a esos seres amados

que tanto amor mendigaron.



REFLEXIÓN DE UNA TARDE ETERNA

Y qué pequeño es ese arrogante espacio que creamos, donde somos autócratas en los sentimientos, donde vive el egoísmo de lo mezquino que entregamos y pedimos como si de un sacrificio se tratara, donde vamos regando nuestra frágil semilla en la búsqueda de un ser llamado alma gemela, que no es mas que una utopía creada por nuestro consciente inconsciente que solo busca un protector para esta frágil alma nuestra. Despertar un día con la conciencia que nuestras pérdidas son el fruto del gran esfuerzo que se hizo para no cumplir con las promesas hechas, con la falta de tesón en una empresa que puso mucha buena intención pero poco material efectivo. Qué vamos a pedir cuando la realidad de la vida cobre nuestras faltas; nuestra inconsistencia, nuestros miedos que coartan una y otra vez las buenas intenciones. O egoísmo insaciable y tan humano, incorruptible corruptibilidad que acompaña actos mezquinos llenos de desinteresados deseos de tenerlo todo.

Andar por caminos solitarios llenos de multitudes que cruzan pero solo son escogidos por nuestra individualidad, medidos a nuestro acomodo, y cernidos por ese cedazo que el largo camino de nuestra corta existencia ha ido creando día a día, hora a hora, vivencia a vivencia.

Alma que vaga sola fecunda de intenciones, y permanente y constante en esa muchas veces infructífera búsqueda de un sino totalmente desconocido, un norte con brújula rota.

Querer crecer en esta bruma de eterna soledad, avanzar en este amplio e indescriptible todo que abarca la inmensidad sin límites de nuestra pequeña alma, cosmovisión minúscula dirigida por pequeños intereses de grandes empresas no construidas.

Llegar y mirar desde lo alto, ese pasado construido palmo a palmo, con la lentitud pasmosa de la rapidez de una corta vida, un instante en la eternidad de la creación, un lapso comprendido en un nacer y un yacer, breve espacio en el que se forja la individual novela de nuestro corto paso por este microcosmos llamado vida, tiempo en el que se forjan sueños, temores, deseos, y dejamos un gran legado que no sobrevive mas allá de pocas generaciones, y cualquier cosa posterior solo es una vida ajena y muy lejana que será importante quizá acaso para llenar algún cuaderno de historia, incontables vidas que a lado y lado construyen ese abismo sobre el cual ahora me detengo, para mirarlo sin saber en qué momento terminará mi construcción. Nacer, yacer, que simplista descripción, pero tan exacta que me es difícil rebatir. Nacer yacer… lo que hay en medio es lo que importa… importa a cada cual, cada vida, cada alma ha de responder ante sí, por lo construido en el lapso comprendido entre esos dos muy individuales momentos a los cuales no ha podido mortal alguno escapar.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS