La diminuta melodía me adormece en un sueño muy profundo,
la siento dentro de mí.
Se enreda en mi ser interior y se apodera de mis sueños.
Quiero que éstos instantes no se enfríen y pasen a ser sólo recuerdos.
Me confundo entre las melodías y paso a ser intérprete.
Quiero seguir creando con mi imaginación para no adormecer en un profundo olvido.
El tiempo no tiene tiempo;
ni avanza, ni retrocede,
ni se aquieta.
Sólo fluye como el soplar del viento,
el huracán de la marea,
o el silbido de un pájaro.
Todo va más allá de la imaginación
y la realidad no es más que un mero,
cerrar los ojos y despertar.
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