Siempre veré el mar pasar por este arrollo,
cabe todo el mundo en mi palma
cuando bebo con consciencia.
Un chasquido de mis dedos y el mundo cambia,
otro mas, y las instituciones caen amordazadas
con sus propias cadenas
y ahogadas por sus dogmas.
No hay razón para darle
un valor antropológico a mis cicatrices
cuando aun mi mula carga con el machete
y la caña de azucar que pronto sera olvidada.
Mira las necesidades del presente
y dime, si el mundo se ha detenido
alguna vez por el silbido de una bala.
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