Historias de calles bajas y calles altas
¡Joder! 10:17h. No ha sonado la alarma. Salto de la cama cegado por la luz que entra por mi ventana y distingo una silueta en el edificio contiguo. Las fincas de La Barceloneta están tan próximas que dan la impresión que si uno extiende el brazo podría tocar a quién esté del otro lado. Quizá...