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El recorte del periódico cayó a mis pies, mientras ojeaba el álbum. Al recogerlo, vino a mi memoria la sorpresa con que habíamos recibido en casa la noticia de un vecino: un periodista avezado, que deseaba conseguir la imagen del día para la portada de su periódico, había capturado la imagen de papá. La foto estaba entre unas notas, que hice entonces, para un posible relato que ayudase a la perduración de su memoria:

El Sr. Frías ha acabado la visita diaria al Banco. Vestido con un impoluto traje gris, aunque algo gastado, con camisa blanca y corbata, lleva en el maletín unas abultadas y ordenadas carpetas repletas de informes comerciales, que contienen datos confidenciales, sonsacados a resabiados comerciantes y a taimados gerentes de sociedades anónimas, que están pendientes de la ansiada confirmación del crédito bancario, que ya está tardando mucho.

El Sr. Frías, taciturno, callado, va mirando el suelo de la amplia acera, mientras cavila distraídamente sobre las siguientes gestiones, antes de ir a casa para programar las visitas del día siguiente. No es consciente de la hora, pero un sonido lejano, el pitido de un guardia urbano, o acaso un frenazo, o unas campanadas en una oculta iglesia del Eixample le indican, mientras está cruzando el semáforo en verde, que ha llegado la hora. Ahora recuerda que se han convocado dos minutos de silencio por el último atentado terrorista.

El aviso le ha pillado en medio del paso de peatones y no se concede la licencia de cruzar hasta la acera. Un sonido indica que  empieza la cuenta atrás. Él se para y, mientras, los coches han dejado de rugir en la línea de salida del semáforo, que para ellos, ahora,  está en verde.

Enhiesta postura. Su mirada perdida y meditabunda, hacia la parte alta de la ciudad, no la tiene fija en ningún punto concreto. Sus hombros, entre relajados y caídos por el cansancio, denotan fragilidad y sugieren un pensamiento fugaz: ¿cuándo acabará esta realidad que nadie quiere?

Los motores de los coches empiezan a retumbar en el ardiente asfalto.”

Guardo de nuevo la foto y decido dar forma a aquel proyecto de relato. Por su memoria.

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