He nacido en el año 2060, el mundo ha cambiado, nuestra visión de la vida es distinta, la desigualdad entre mujeres y hombres no existe, nos unimos por amor a las personas, da igual el sexo que tengan, esta situación, impensable en otro tiempo, fue presagiada  por mis antepasados, guardo una antigüedad, como el que tiene un tesoro.

  Mi sabia e intuitiva tatatatatarabuela dejó a la familia un legado muy importante. Un cofrecito, contenía un mensaje que debía pasar según su voluntad de generación en generación, cada hija sabría a qué hija entregar este cofrecito y así sucesivamente.

  En 1920 un capitán griego desembarcó en tierra ceutí, conoció a mi tatatatatarabuela, Ana, tuvieron tres hijas y vivieron en una gran casa que mandó construir él mismo,  un día embarcó hacia un rumbo desconocido y no volvió nunca más.

  Ana lloró un día entero por el hombre que había amado,  para sobrevivir convirtió su hogar en una casa de invitados, era una gran cocinera, muchas recetas creó, persiguió la suerte cada mañana y el éxito llegó.

 Una de sus hijas, Rosa, el cofrecito heredó y poniendo a salvo su secreto lo guardó.

  En 1940, Rosa, conoció a un joven comerciante andaluz, guapo y sonriente, del que se enamoró locamente. Tres hijas tuvieron, y en aquella casa un tablao flamenco pusieron. Rosa  sabía cantar, gente famosa se vio por aquel lugar, y la suerte y el éxito pudieron probar.

  El comerciante tenía un amante, Rosa lo sabía, pero aun así no perdió su alegría y junto a su amor envejecería.

 Le entregó el cofrecito a una de sus hijas, Aurora, que lo abrió sin demora, el mensaje leyó y sonriendo lo guardó.

En 1958, Aurora, se convertiría en una gran bailaora, viajaría por el mundo para demostrar su talento; taconeos, risas, baile, el arte del flamenco. Se fue a vivir a Andalucía, una tierra llena de alegría, se casó con un mago hipnotista, que la engañaba con todas las artistas, descubrió que estaba embarazada, y lejos de estar apenada, se fue en un barco ilusionada e impaciente, buscando un destino diferente. Tuvo a su hija Julieta en Argentina, donde montó una academia de baile y se enamoró de una bailarina.

 Julieta, no podía hablar, desde muy niña empezó a pintar, con su arte se expresó y la fama la envolvió. A Nueva York viajó y allí el amor encontró, llegaría la hora de ver su legado y el cofrecito abrió, supo que la profecía con ella se cumpliría, tuvo mellizos, Rafael  y María. Él se hizo escritor, un libro visionario publicaría, «Personas», se llamaría, y ella en una famosa científica se convertiría, pues la cura contra el cáncer hallaría.

  LEGADO: “LAS PERSONAS DE MI FAMILIA CAMBIARÁN EL MUNDO UN DÍA, EL SECRETO ESTÁ EN PERSEGUIR LA SUERTE TODOS LOS DÍAS. PERSONAS BUENAS, PERSONAS, EN DEFINITIVA, PUEDEN FORMAR FAMILIA Y DISFRUTAR DE LA VIDA. DOS PERSONAS CAMBIARÁN LAS MENTES, AUNQUE PAREZCA UNA UTOPÍA. EL AMOR TODO LO PUEDE, SIN ÉL NADA IMPORTARÍA». 

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