Una frutilla en Agosto

Una frutilla en Agosto

Ella era redondita por donde se la mirase… Blanquita de cara y pelo, de manos asperas y mejillas suaves…  Corría por toda la casa desde el amanecer hasta la madrugada…intentando conformar a un batallón que ella llamaba familia y a una bestia que ella llamaba marido..    Era una flor dada a los cerdos, una frutilla en agosto, un dulce en boca cerrada, un amor en corazón roto…. 

La cocina era su mundo y mi pelo su desvelo…

Ella me abraza y a mi se me derrite el cerebro…. porque yo la amaba con todo el amor que puede sentir un niño… porque ella se desvivía por hacerme felíz, por complacerme con todas las delicias inimaginables que salían de sus ollas relucientes, de sus viejos sartenes, de su horno de leña…..

Ella era el motor de un barquito varado en la orilla…. 

Era el dolor anunciado y desquiciado de una vida inmigrante de lejanas tierras …

Era la antesala a la muerte lenta .

Ella me enseñó casi todo lo que se:  a ser honesta, sencilla, buena gente y buena cocinera.

Pero a  mi no me bastó porque ella se murió enseguida.

Y en mi mente de cuatro años se cerraron todos los accesos a la alegría, se perdieron los besos apretados, desfallecieron las violetas de su jardincito y nunca mas pude dormir cuando había truenos y lluvia….

Ella se fue para siempre sin aviso.

Y me dejó sentada en la vereda con mis cacerolitas de jueguete, mis vasitos y mis medias rotas.

Ella no volverá me dijeron sin piedad.

Pero yo no les creí, porque cada vez que como una frutilla en agosto como un pedacito de su corazón dulce y me rio de los que me decían que no volvería, porque cada año, cada agosto ella regresa y se recuesta a mi lado para siempre. 10264600_720305651348055_139.jpg

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