Si sumo mi soledad a la tuya
Era el fin del mundo. O eso decían los diarios, la televisión, la radio, el tiwtter y todos los medios posibles. El mundo estaba en histéria colectiva, los coches en llamas se apilaban por las autopistas, los supermercados se vaciaban más cada segundo, supuestos profetas caminaban por la calle pregonando evangelios apócrifos, que prometian salvación...