El moverse de un lugar a otro nunca fue sencillo… ¿ Quien mejor que nosotros puede saberlo ?… Es lo que mejor hemos hecho por décadas, somos hermanos de la brisa y el camino, prófugos de la tierra y tiernos amantes de la aventura.

Somos los corsarios que conocen de memoria el continente… Nuestro origen nos hace saber, que no nacimos para vivir en un solo lugar… La grandeza de nuestras travesías, supera con creces las grandes aventuras de Magallanes y su inigualable vuelta al mundo… El Omnipotente nos dio pasos agigantados para cruzar hemisferios; nos dio la grandeza del corazón, para marcar las vidas del Caribe entero; nos dio la honestidad, para llenar de verdad al mundo…

Hemos hecho morada, en paraísos terrenales devastados por la plaga… Hemos construido puentes justo donde nadie se atrevía a cruzar… Hemos sobrevivido las mas terribles hambrunas, a las mas sangrientas guerras, a miles de campos de concentración, a la mano dura de los peores dictadores… Hemos sido guerreros, agricultores, pobres, esclavos y libres… ¿ Pero saben ?, nunca dejamos de ser soñadores, luchamos en cualquier tierra… Y aunque no seamos ricos en dinero, nuestras vidas, recuerdos y familia son nuestro mayor tesoro.

Compañeros, hemos morado en las mas altas cumbres, en las mas calurosas islas del Caribe… Moramos en el corazón de cada vida que hemos tocado con nuestros colores.

Se que, a pesar de la grandeza de nuestras historias, nos hemos cuestionado en el fondo de nuestro corazón errante, hasta que punto hacemos bien las cosas… Si realmente hemos construido una vida digna de ser recordada, en cuanto a ello, les pregunto: ¿ En algún momento pensamos en retroceder ?… Yo se que si… ¿ Pero lo hicimos ?… Eso, ya es suficiente muestra de coraje para que, así como escuchamos las leyendas de nuestros antepasados y la grandeza de sus aventuras, así mismo, escuchen también las nuestras.

Somos hijos del navegante con los colores verde y rojo, hermanos de los pueblos en cada isla del caribe y la profunda selva del Brasil, primos de las costas del Mediterráneo y las olas del Atlántico y nietos de la mas hermosa belleza criolla.

Reímos junto a colonizadores, esclavos, blancos criollos, mandatarios, viajeros errantes y junto a toda clase de ser viviente que se tomara el tiempo para escuchar nuestra historia.

En mi casa, nunca hubo huérfanos, todos somos hijos de una misma madre, todos somos la corona de gloria de un gran padre y todos somos amparados por un mismo Dios.

Si he de reír, que sea con ustedes; si he de sufrir, que sea sabiendo que están ahí… Nunca paren de brillar, nunca paren de ser lo que somos… Extranjeros… Por que si bien es cierto que no hay como el hogar… ¿ Que otra forma hay de vivir ?… Luchemos juntos tomados de la mano del Todopoderoso y recuerden… Distantes, pero nunca solos; Perdidos, pero jamas olvidados; Agotados, pero nunca débiles… Nuestro corazón baila al ritmo de la música del continente donde nació la humanidad, crecimos en conucos, a veces incluso robando el pan, viendo como los ricos se hacían mas ricos y nosotros, sin nada mas que aire en nuestros pulmones… A pesar de nuestros esfuerzos, no siempre fuimos bien tratados por la vida, por ello y gracias a Dios, hoy en nuestra pieza nadie duerme sin comer… No hemos tenido los mejores progenitores, incluso los mejores padres cometen errores… A pesar de eso, no podía haber pedido una mejor enseñanza, como la que hoy me es dada… No podría haber pedido mejores memorias para contar a mis sucesores con alegría… Me fueron heredadas las mejores pasiones, incluyendo aquella que nos une por medio de las regatas de cierto club ingles… Me fueron heredadas las pasiones del relato y el arte de retratar usando la vista… Por ello, si esta en mis manos, nuestra historia sera contada por cada verso que escriba y por cada pieza de arte que conciban mis manos.

Nací en el norte del sur, siendo hijo de los mas ilustres criollos, procedentes de las barriadas de la capital bulliciosa; Y de los mas sabios viajeros, traídos desde lo profundo del sur de Brasil… Ciertamente aventureros, por que nací en una ciudad que no era hogar de ninguno de ellos… Soy hijo del mas hermoso tricolor.

Es claro para mi, también para todos… Que el inicio de nuestro viaje no fue sencillo… Salimos de una pequeña isla, bañada por el Atlántico, cruzamos el océano y nos separamos, fuimos a parar algunos, en las Antillas Holandesas, otros, al sur del continente Latinoamericano, donde mora el pueblo que alguna vez hicimos esclavo. Luego volvimos a estar juntos y nacieron muchos de los que hoy componen nuestro linaje, y los que trajeron nuestra sangre al Hemisferio Sur, ya no están, al menos la mayoría… Nos preparamos para dejar a padres, hermanos, primos… Amores… Todo por seguir el camino trazado para nosotros desde que nacimos…

Si bien es cierto que la vida nos ha arrebatado muchas cosas, Dios nos ha bendecido en gran manera… Se que el pasado nos culpa y llama al constante flajelamiento… Por la culpa… Por ello les digo, que el hombre debe vivir siempre y únicamente con amor en su corazón… Aun mas nosotros, que jamas debemos olvidar el camino a casa, jamas debemos olvidar que nos trajo hasta aquí… Así debemos vivir el pasado, sonriendo, para soñar felices con un futuro mejor para nosotros, y en cuanto al presente, es el camino que hoy recorremos.

Recuerden: hermanos de la brisa y el camino, prófugos de la tierra y tiernos amantes de la aventura… Somos multicultura, somos unión, somos colonizadores, somos esclavos, somos padres, somos hijos… Y si nos preguntan que somos, con orgullo responderemos: Extranjeros.

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