El amor sin límites geográficos entre Sofía Kienast H. y Carlos Oña B.

El amor sin límites geográficos entre Sofía Kienast H. y Carlos Oña B.

Me presento, soy Mateo Fernando Oña y voy a narrar algunas peculiaridades de la historia de mi familia, para ello es necesario remontarse a un anecdótico y trascendental 1913, la Primera Guerra Mundial estaba inesperadamente cerca de estallar y mi bisabuelo materno, Carlos Oña Benavides junto a su hermano Zoilo Oña Benavides, comenzaron una peculiar aventura que consistió en viajar a Italia en condiciones obviamente más difíciles que las de hoy ya que en ese entonces se cruzaba el Atlántico en barco y los caminos generalmente de tierra y piedra, se atravesaban en carruajes jalados por caballos, por ende se demoraban meses en llegar a su destino. La razón para el viaje se relacionaba con un amigo suyo, Leonardo Arturo, un hacendado adinerado que necesitaba una operación urgente en los ojos y a comienzos del siglo XX solo en Europa la medicina se encontraba relativamente avanzada, por estas razones se pudo dar el lujo de planificar esta travesía equivalente a viajar a la luna en la actualidad.

Luego de permanecer algún tiempo allí, mi bisabuelo se enamora perdidamente de Sofía Kienast Himmler, una taciturna y humilde joven de nacionalidad Suiza que se convertiría en mi bisabuela y que en ese momento andaba en Génova, Italia de turista con unas compañeras de estudio. Como los dos hablaban italiano pudieron comunicarse y se conocieron adecuadamente e incluso mi bisabuelo al ser un poeta de renombre en la ilustre y patrimonial ciudad de San Gabriel localizada en la provincia del Carchi en Ecuador, le dedicó un poema maravilloso, pues así de épico y caballeroso resultaba ser el proceso de enamoramiento en tiempos tan conservadores pero a su vez románticos y mutuamente respetuosos.

Por obvias razones, lenta y comprometidamente se enamoraron y Sofía le hizo una perdurable y leal promesa, viajar a este pueblo mágico en Ecuador para unirse en matrimonio, poco después mi bisabuelo regresó a su pueblo natal y efectivamente, Sofía llegó a San Gabriel, Ecuador en 1917 y jamás regresó a Suiza, en consecuencia, nunca más volvió a ver a sus padres y hermanos, la comunicación con ellos fue a través de cartas, además es sorprendente saber que tuvo que cruzar el Atlántico por barco durante meses, en pleno y violento desarrollo de la 1era Guerra Mundial en donde los ataques también eran por vía marítima y en ese entonces, los alemanes al concebir su inminente derrota, la venganza fría se apoderó de ellos y atacaban a todo barco enemigo que se les cruzaba en su trayecto incluida la tripulación que se trasladaba por razones turísticas y de viaje.

En 1917 se unieron en matrimonio, Carlos Oña con Sofía Kienast pero para ello mi bisabuela tuvo que bautizarse y hacer los ritos cristianos porque ella era protestante luterana, en esos tiempo reinaba el conservadurismo religioso y normalmente el catolicismo no habría permitido que Sofía se trasladara de religión pero el contacto de mi bisabuelo con Federico Gonzáles Suárez, cura e historiador reconocido de la época, ayudó bastante en la gestión. De esta manera un poco antes de que se terminara la 1era Guerra Mundial, nace mi abuelo, Carlos Oña Kienast.

Cabe recalcar que mi bisabuelo era casado, pero penosamente años atrás quedó viudo de Rosa Elena Estupiñan, con quien tuvo una hija llamada Rosa Isabel Oña. Mi media tía abuela también es poseedora de una extraña historia pues a pesar de que mi abuelo no la conoció demasiado, llegó a enterarse que Rosa Isabel era una mujer insoportablemente hermosa ya que heredó las vidrieras azules de su madre acompañado con los finos rasgos faciales de su padre. Lo escalofriante ocurre cuando Rosa Isabel conoce a un hombre de tez morena que se enamoró obsesivamente de esta hermosa dama con características físicas y emocionales únicas, sin embargo, Rosa Isabel no lo tomaba enserio porque era todo lo contrario a ella pues poseía una nariz carnosa y prominente que junto a sus labios gruesos y grotescos no le daba un aspecto agradable y confiable. En estas circunstancias, este hombre al provenir de una familia practicante de brujerías y misticismos, decide aplicárselos a Rosa Isabel, los detalles no se saben exactamente, pero a la final ella es hipnotizada y termina aceptando el matrimonio con dicho individuo. Desde este acontecimiento, quien resultó ser mi media tía abuela sufrió mucho y fue víctima del machismo y violencia de este hombre hasta su muerte que para la familia es bastante misteriosa.

Luego de esta espectacular historia, es sorprendente que mi persona tenga familia en Suiza pero por la falta de información no pueda existir una posibilidad directa de conocerlos pero quizás si de contactarlos con ayuda de la tecnología.

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