“MARLEY y YO”

Me detuve analizar esta gran obra cinematográfica dirigida por el Director David Frankel, la película fue estrenada al público en el año 2009 bajo el sello de la productora 20th Century Fox y otros que la hicieron posible.

La película “Marley y Yo” es una de las favoritas de los amantes de los perros, no solo por ser una conmovedora historia real, sino porque los actores Jennifer Aniston y Owen Wilson personificaron a la perfección el amor infinito que le tenían a su perro y el gran dolor familiar cuando se muere. Pero además la historia se centra en la construcción de una familia ideal, aquella que muchos de nosotros en los tiempos de hoy anhelamos.

Hay que destacar que la película está basada en un libro bestseller escrito por John Grogan en 2005, según el New York Times. Grogan es el dueño del perro y el nombre Marley es en honor al cantante Jamaiquino Bob Marley. El éxito de la película fue tal, que en 2011, se estrenó “Marley y Yo 2”, y trata de la vida de cachorro de Marley, antes de su llegada que se conoce en el primer estreno cinematográfico.

Hablemos de la película en sí. Los recién casados Jhon y Jenny deciden dejar atrás los duros inviernos de Michigan para instalarse en la soleada West Palm Beach (Florida). Los dos consiguen empleo en dos periódicos rivales, compran su primera casa y afrontan los retos del matrimonio. Cuando John le confiesa a su amigo y colega Sebastián que aún no se siente preparado para ser padre, éste le sugiere que le regale a Jenny un perro. Los Grogan adoptan un bonito cachorro labrador que, poco después, se convierte en una mole de 45 kilos que transforma la casa en una verdadera catástrofe.

Cuantos de nosotros, como acto de magia, adoptamos una mascota para ser parte de nuestra historia familiar y así conviva con nosotros por largos años. Y al parecer siempre tenemos preferencia por un perro, debido que las historias escritas sobre éste animal en particular, sería el de ser el más fiel y compañero, que honra a sus dueños hasta que un día se aparta para dejarse llevar por el más allá.

La trama de la película también nos narra una historia muy bonita de dos personas, como ya lo he mencionado, que deciden vivir juntos y así construir una familia. Se sienten libres de ser cada uno como es, no se condicionan y se aceptan tal como son. Son soñadores y planificadores de la vida que los depara juntos. La trayectoria comienza con muchos éxitos, hasta que se enfrentan con la primera circunstancia, una problemática que tal vez haya afectado mucho más a la mujer que al propio hombre. Esta es cuando deciden tener su primer hijo, desafortunadamente no se concreta, lo pierden. Seguidamente abordan la situación de una manera muy adulta, de forma racional, la viven de modo distinto, pero jamás dejan de estar juntos y de apoyarse mutuamente. Los años pasan y este ideal de la familia perfecta se torna realidad, al fin y al cabo no solo tienen un hijo sino que ya serán tres los que convivirán juntos a ellos; y su fiel y compañero Marley, su mascota por largos años.

Los días de hoy, un hecho real en América Latina. Un reporte del INEGI reveló que entre las principales causas de divorcio están el abandono del hogar, la violencia intrafamiliar, el adulterio o la infidelidad, aunque la causa más común es el consentimiento mutuo. En nuestro País está el gran conocido femicidio, una manera que se afronta de forma negativa a la no aceptación al término de la relación.

Lo que sí me gustaría dejar como reflexión, es lo que nos deja esta gran obra cinematográfica, el ideal de la familia perfecta después que dos personas deciden unirse en matrimonio. Hagámonos un análisis sobre nosotros mismos, sobre el verdadero sentimiento que debemos tener hacia querernos, conocer nuestras limitaciones al momento de amar, ver nuestro interior para reconocer nuestros valores como personas; y así a través de ellos, que podamos ofrecer de manera fiel, honorable, sincera y honesta al otro ser humano que viene con su historia, sus miedos y su mundo real.

Seamos como esa mascota que de manera incondicional nos ama, con nuestras imperfecciones, que no nos mira como estamos vestidos, ni si tenemos títulos académicos, ni si tenemos una figura física atractiva, que no ve nuestra situación financiera, ni si andamos corriendo en el último cero km del año. Nos acepta tal como somos, sin exigirnos nada a cambio, solamente que lo queramos con ese sentimiento noble que es el amor, hasta que la muerte nos separa.

Reflexionemos al respecto.

Oscar Olivera.

Estudiante de la Facultad de Psicología. Uruguay.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS