Fuimos tormenta para ahora ser arcoíris.

Fuimos tormenta para ahora ser arcoíris.

Piel de lobo

03/10/2018

Así que distancia fue lo que necesité para saber que las necesitaba cerca. Les pedí tiempo y ahora haría cualquier cosa con tal de robárselo. A veces uno cuando no sabe de la vida no sabe lo que tiene al lado y por muchos crueles pasados que carguemos no podemos dejar de querer lo que tenemos enfrente. Yo le debo la vida a quien me la dio y no puedo culparla de que la vida no sea perfecta. Puedo dejar de ponérselo más difícil y ponérselo más fácil a ella. Mi madre, la que no sabía cómo le iba a salir el criar a dos hijas, la que siempre quiso que no les hiciera falta un padre. Pero hay veces que hay vacíos que no se pueden llenar y pido perdón por las veces que te reproché que me dieras todo lo que un padre me había negado. Que te exigiera tener el coraje, el valor y la capacidad de soportarlo todo, olvidándome de que tú también eres una persona. Una persona que cargaba con su dolor y el de dos niñas más. Alguien que nunca nos dejaba solas en casa mientras su vida iba pasando de largo. Que trabajaba y luchaba sin cesar para que tuviéramos todo lo que a ella le había faltado. Mujer de carácter fuerte con el corazón vulnerable de una niña. Que ahora le pasa factura tanto sufrimiento. Ese sufrimiento que cargaría a mis espaldas junto con el mío, para que sea feliz por el resto de sus días. Reina de mi universo, sentada en el trono de mi alma. Creadora de una guerrera dispuesta a declararle la guerra al mundo. Hoy le debo mis medallas, mis logros, mi evolución humana, mis principios de mujer. Hoy vivo con orgullo lo que ayer quería borrar y quería que fuera de otra forma. Pues hoy no querría que fuera distinto. Gracias madre por la vida que me has dado y perdóname todas las veces que te hice daño. La consciencia llega tarde pero para mi aún no es tarde para decirte: te amo. Y aunque siempre esté lejos nunca te vayas de mi lado. Para repetirte mil veces más que tu belleza es como la del vino, con los años te vuelves preciosa. Eres el ángulo perfecto de este triángulo que formamos mi hermana y yo contigo. La cima de nuestra montaña rusa, el rayo de la tormenta. Nunca fuimos una familia perfecta, fuimos y somos más que eso. Porqué no importa el pasado, nuestros actos, nuestro dolor, nuestras discusiones; nosotras pusimos cadenas y tiramos la llave del candado. Nada ni nadie puede separarnos, mientras nos tengamos siempre estaremos a salvo. Siempre estaremos preparadas para los tiempos de tormenta, el frío del invierno, los días grises, los dias difíciles. También para los buenos momentos, esos que deberían ser infinitos, como el tiempo que pasamos juntas. Contempladas por dos ángeles desde el cielo, que por fin son felices de vernos felices a nosotras. Aunque no podamos ser del todo felices sin ellos. Seremos todo lo que podamos y más porqué se lo debemos, porqué se sacrificaron por nosotras hasta que se fueron, porqué nos convertimos en el único sentido de sus vidas. Y ahora ellos no se merecen menos. Así que hagamos que se sientan orgullosos hasta que la vida o la muerte nos vuelva a juntar. Hasta que siempre estemos juntos.

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