Siento cada minuto de tiempo que pasa

Siento cada minuto de tiempo que pasa

Sevein

02/09/2016

Siento cada minuto de tiempo que pasa

Niños, marido, suegra, perro, si los tuviera podría quejarme de lo que me ha tocado en el lote. ¿Gozaría de ellos, de las ventajas que tiene estar totalmente ordenada minuto a minuto?.

Seguro que no tendría tiempo para mirarme en el espejo, ni lamentarme, posiblemente de lo único que puedo, del tiempo, del tiempo libre y de ser libre, «libre como el sol cuando amanece, yo soy libre, como el mar» ¡vaya chollo!. Yo decido y decido y vuelvo a decidir, continuamente: nadie te despierta por la noche, si duermes es una ventaja; no hay que pensar en la comida de mañana, ni en la de pasado, esta despreocupación puede llevarte a frigorífico vacío de por vida; ves en la TV lo que te apetece, aunque lo que deseas es no verla; nadie te pide que dejes de fumar; no tienes que recoger la mesa después de comer; no tienes que hablar…

Ocio, gran problema el ocio. Las tardes, las tardes ¿y los enormes fines de semana?, ¿y las vacaciones?, madre mía las vacaciones.
Viajar ¿para qué viajar tanto, todos y a la vez?, con lo bien que se está en
casa. La verdad, a veces pienso que a la gente no le gusta donde vegeta,
siempre están pensando en irse. Todo el año sueñan con las vacaciones y con el
fin de semana y luego ¿qué?.

Yo tengo mucha suerte, a mí me gusta mi casa, me gusta vivir donde vivo.

Me encanta sentarme en la taza del baño y esperar a que lleguen las funciones biológicas de expulsión matutina y leer una revista.

“Sus vacaciones perfectas, cuéntenos sus vacaciones perfectas”, ¡otro concurso!. ¿Qué regalan aquí? una plancha de viaje serán cutres. Vacaciones perfectas, una plancha de viaje, yo no plancho nunca, mis vacaciones perfectas, lo que se dice perfectas, perfectas: las pasaría aquí

en mi casa. ¡Qué maravilla!.

Muy suyos, la presente para hacerles partícipes de una de las mejores vacaciones perfectas que conozco, mejores, perfectas, pluscuamperfectas.

Este recóndito y cuco lugar tiene un indiscutible valor de interés histórico
artístico. Está situado en uno de los edificios más antiguos del casco viejo
del extrarradio.

En primer lugar les hablaré de sus gentes. Esta edificación prehistórica está cargada de hombres, mujeres y niños toscos. Tienen un sentir crudo, basto, a toda luz expansiva.

No hay ascensor. El ejercicio está asegurado su valor terapéutico es indiscutible, baja la tensión arterial y engrasa las articulaciones.

La escalera es un cuadro conceptual en blanco, gris y marrón. El pintor, se preguntaran Vd., el mejor creador plástico que se conoce desde que el mundo es mundo, nuestro gran hacedor: EL TIEMPO. En un principio, puede resultar vomitivo, una vez superada la náusea proporciona una gran sensación de seguridad, tocaré madera, no roban. Este conjunto resulta, por tanto, histórico, artístico y seguro. ¿Qué más se puede pedir?.

El solárium, sí lo comprendo, hay que ponerse moreno, en vacaciones hay que ponerse moreno, pues verán Vd., sin problemas, mi casa entera, sin ánimo de presumir, es como una caja de cerillas incendiada ¡qué luz, qué maravillosa luz!.

La pieza central de la casa es el sofá, el sofá y el televisor, dos piezas esenciales en vacaciones. ¿Qué puede hacerse en este marco incomparable?:

Primero y fundamental, relajarse, te puedes fundir con el sofá y disolverse en las imágenes del TV. Ideal para los días de dudas, de miedo, para casi todos los días.

Segundo adelgazar sin dolor, este tratamiento consiste en comer y comer, no parar de comer, picotear, nunca comer a las horas de comer, picar y picar, pero picar sano: un kilo de zanahorias, un kilo de manzanas, medio kilo de pepinos con medio kilo de melocotones, un melón de una sentada, mucho tiempo sentada.

Garantizo que después de estas vacaciones una termina: relajada, delgada y deseosa de trabajar, no como otros que después de viajes agotadores, encima, no quieren incorporarse a la rutina cotidiana, al trabajo productivo.

Si tuviera una buena prole no pensaría tanto y en tantas cosas llamadas superfluas. Debo reconocer que yo estaría satisfecha si pudiera ejercer de madre cuatro horas a la semana, ni una más. También me gustaría tener hijos en momentos puntuales de gran agonía personal.

En estos momentos mi mejor medicina es la sonrisa, la mirada o la presencia de un niño. No un niño cualquiera, un niño de dos años, simpático, rollizo, una monada, que sea tranquilo y me mire embelesado. Me lo imagino y se me ilumina el alma. Con eso tendría suficiente.

Ahora bien, todo lo demás de los niños: sus llantos, la comida, sus ruidos, las
carreras, el desorden, no lo puedo soportar, no…lo…puedo…soportar.

Ahora que lo pienso, creo que la situación ideal sería que cada familia, pudiera contar y planear acuerdos semanales, gratuitos por supuesto, con determinadas féminas de su entorno. Estos contratos informales serían de gran utilidad: por una parte, las mujeres solitarias podríamos satisfacer nuestro hipotético instinto maternal; y por otra, las parejas con hijos podrían disfrutar de «tiempos» tiempo libre fijo a la semana.. ¡Esto sí que sería un chollo!.

Demasiado tiempo libre, nadie interrumpe mis silencios, siento cada minuto de tiempo que pasa.

FIN

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