Una maleta para toda una vida.

Una maleta para toda una vida.

Abro los ojos y no sé dónde estoy. Intento varias veces que mi vista pueda definir el lugar donde me encuentro, pero a cada movimiento de mis párpados tengo que volver a cerrarlos. Me siento deslumbrado aunque la luz no es muy intensa. No soy capaz de ubicarme. Noto cómo mis miembros, a pesar de la extraña situación, no experimentan tensión alguna. Escucho sonidos a mi alrededor. ¿Un vagón? ¿Estoy dentro de un tren? Poco a poco me voy acostumbrando y salgo de la negrura. Una luz tenue, blanquecina y esponjosa ilumina la estancia. Mi cuerpo traquetea al ritmo acompasado del movimiento y soy llevado hacia adelante. Desconozco mi destino. Varios asientos que me recuerdan a vacíos pentagramas musicales, construidos de madera oscura, se alinean a cada lado del compartimento dejando un estrecho pasillo entre ellos. Se hallan vacíos. No, todos no: el último del fondo está ocupado. Un retazo de pelo negro, oscuro y liso destaca sobre la clara pared trasera. Una puerta corredera comunica con el siguiente vagón. El tren realiza en estos momentos un movimiento semicircular y no puedo comprobar si está vacío o alguien también se desplaza en él. Mi compañero de viaje no se mueve. Por primera vez siento miedo y algo parecido a la claustrofobia.El tren se detiene. Huele a casas blanqueadas, a sol radiante, a jazmín y gazpacho andaluz. Me asomo por la ventanilla. No tiene cristal. Los aromas provienen de fuera e impregnan mi ropa.

La estación se presenta ante mis ojos. Un edificio alargado, de una sola planta, es todo lo que puedo ver. Un letrero, ajado por el tiempo, me indica la localidad: “Primeros Pasos”. En el andén, de pie y con dos maletas de madera, una pareja se apoya contra una descascarillada pared. Parecen no darse cuenta de la presencia del tren. Él, con pañuelo a cuadros grises anudado en sus cuatro costados sobre la cabeza, mira hacia su izquierda. Su perfil me es familiar. Ella, morena, bajita y delgada sostiene un bebé entre sus brazos. La tristeza fluye en sus ojos. Esos ojos… ¡Cuánto amor me han dado! El niño succiona de un pequeño seno materno que ella intenta mantener oculto a miradas inexistentes. Una lágrima cae sobre el suelo de tierra seca. No sé quién de los tres la ha derramado. El bebé levanta su cabecita y me mira. Él si me ve y sonríe. Me lleno de sorpresa, recuerdos… y miedo.

El tren reanuda su marcha. Nadie se ha incorporado en esta estación. No ha habido despedidas apresuradas, ni “adioses” con las manos agitadas. Es como si este tren nunca hubiera tenido parada en esta estación. Antes de desaparecer de mi vista, dejándolos atrás, puedo ver cómo el hombre del pañuelo en la cabeza mira a un lado y a otro, y cuando cree que están solos se inclina sobre la mujer y besa sus labios. El niño, ajeno a la situación, vuelve a su néctar.

Dirijo la mirada al interior del vagón. Mi compañero de viaje se ha movido de sitio y se ha colocado frente a mí. Es una niña. Sus ojos negros taladran los míos. Aparto la mirada. Ahora ya lo sé. Ya sé donde estoy. Ya sé donde termina el final de mi viaje.

―Mírame ―me dice.

Yo obedezco. Su pelo, de color azabache, enmarca una fina cara, blanca como la cal y sus labios, de un rojo intenso, no sonríen. En sus manos lleva un pequeño manojo de margaritas, que hacen juego con su vestido amarillo, y me las ofrece. Yo las recojo con suavidad intentando no tocar sus dedos. Las flores se marchitan al instante.

―No te imaginaba así— le digo, con voz entrecortada—. Siempre pensé en oscuridad y guadañas.

Ella se ríe a carcajadas. Sus dientes son afilados. No tiene colmillos; no le hacen falta.

—Eres el primero que me tutea —me contesta burlonamente.

—No tengo nada que perder… ¿A dónde vamos ahora? —le pregunto, mientras mi mirada se desvía hacia arriba y veo en el portaequipajes la valija que anoche, entre lo que yo creía que eran sueños, hice apresuradamente.

—A la siguiente estación: “Infancia”.

Asiento y pienso si metí lo suficiente para tan largo viaje. Es complicado hacer una maleta para toda una vida.

ANDALUCÍA.

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