VIAJES A LA IMAGINACION Y EL RECUERDO

VIAJES A LA IMAGINACION Y EL RECUERDO

Nivea Sangronis

06/08/2016

Esta es la historia del viaje de mi padre en hermosos recuerdos al pasado, cuando en el balcón de mi vieja casa se convertía en una calida fogata y nosotros exploradores curiosos por saber mas de aquellos cuentos que nos transportaban al pasado. Nos llevaba a un divertido viaje, por aquellos grandiosos paisajes de dulces uvas de playas y enormes cocoteros. En su imaginación nos mostraba sus años mozos por el recorrido de largos e interminables caminos.

Donde al caer la noche, aparecían en su mente algunos espantos y expectros, que lo paralizaban y del miedo no le permitían correr. Se recordaba del faroluz y quién sabe cuantos aparecidos mas.

De pronto entonaba una canción, de la que perdía algunas letras por el temblar de los pasos y entre dientes se daba animo diciendo.

__ ¡Que faroluz, ni que espantos, esos son cuentos de viejos para vernos correr!.

En la oscuridad y soledad de la noche se escuchaba el canto de un jilguero, el croar de los sapos, el sonar de sus pasos acelerados por encontrar un destello de civilización, o alguna luz que le haga volver el alma al cuerpo, aligerando sus pisadas llega al final del camino oscuro, donde encuentra a un anciano del pueblo, al cual ve con alegría y gozo por su compañia. Exagerando las apariciones de su mente, le cuenta al hombre todas aquellas vivencias del subconsciente, el destellante chillido de las ruedas de aquel espectro rodante, que le paraba los pelos de todo el cuerpo y las luces brillantes que le encandilaban y no le permitía ver el camino, el anciano confirmaba aquella historia con una cruz que se hacía desde la frente hasta el pecho, convirtiéndose aquellos aparecidos de la mente, en leyendas que de tanto contarlas se hacían realidad y nosotros en aquella máquina que nos llevaba por los más inimaginados rincones del mundo en un viaje al pasado, al pueblo de las historias y leyendas. Donde los niños no se atrevían a desobedecer a sus mayores por miedo al castigo de los padres, que los enviarían a buscar agua al río donde tendrían que salir de madrugada y regresar cayendo la noche. Y el simple hecho de encontrarse con aquellos espantos y espectros, que nadie había visto, que solo la imaginación podía crear y que de tanto contar se hicieron realidad y leyenda del hermoso pueblo. Rodeado de uveros y cocoteros. En el día era extasiado por aquellos bellos paisajes, Nos contaba de las dulces y jugosas uvas y de lo refrescante del agua de coco, que de solo oír sus relatos nos llevaba en un viaje a la imaginación hasta hacernos sentir, que nuestros labios se humedecían de lo dulce del jugo de las uvas y del fresco sabor de los cocos, podíamos oir el suave cantar de las olas del mar, sentir la cálida brisa, casi sentíamos como nuestros pies se deleitaban con la suave y blanca arena. Sentados al rededor de la calmada maquina del tiempo, que nos hacia recorrer y recorrer hermosos caminos, dentro de los mejores cuentos de la imaginación que aquellos labios nos relataban.

La oportunidad de viajar mas alla de la realidad, hacia la diversión de la imaginación, caminabamos por su pueblo hermoso con gente calmada, alumbradas con lamparas de brillante luz, olvidados en el tiempo creaban fabulosas historias, algunas para calmar el vigor de los niños quienes temían salir de la calides de sus hogares después de caer la noche. Lo mas lejos que podían ir era a la casa de al lado, que quedaba máximo a diez metros de la suya y se hacia de una sola carrera y sin mirar para los lados por temor a los fantasmas creados por generación, sin ningún antecedente real. Solo cuentos que de tanto ser relatados se hicieron realidad, y nosotros al rededor de nuestra dulce maquina del tiempo, que se convertía en el principal transporte a esos viajes al pasado que le dieron la oportunidad de vivir todas esas historias que nos relataba y nos llevaba a conocer desde aquel cálido y apacible lugar de la casa, pasado el tiempo, donde mi tiempo quedo en el ayer de aquel viejo balcón, que se convertía en el vehiculo sin timon, sin piloto, sin lujosos acientos, pero nos llevaba hacia los años mozo del dulce padre, que nos enseño la hermosa lección que se puede viajar a través de los años y de los tiempos, con solo una fantastica imaginación, que venció sus fantasmas y espantos, que existieron para acompañarlo a recorrer sus pasos, y le permitieron cruzar el camino de la vida, para convertirlo en el rayo de luz de una hermosa mujer y de los exploradores de sus cuentos de caminos de hermosos uveros y cocoteros.

FIN

BOCA DE AROA FALCON

VENEZUELA

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