Noches que cuentan…

Noches que cuentan…

Eduardo Sarmiento

14/03/2021

  • Va a sentirse bien raro pero le ayudará primo.
  • Bueno y Gérida te ha ayudado ?,  es chamana de verdad?
  • La Gérida. Dígale mejor así; a que no sabe qué significa ? ese  no es su  nombre. Se llama Maritza; Por lo menos para todo el mundo aquí .
  • Gérida traduce: “Que semeja al cielo “,  nació en donde termina el río Suarez -el río Saravita-, mi abuelo Pablo que Ud sabe que era de los últimos indios Guanes de la mesa de los santos nos contaba todos esos cuentos que son verdad. Cuando íbamos a la Vega y nos sentábamos a ver la corriente, nos decía que  ella era especial.

Maritza es muy parecida a mi prima, con  kilos de más. En la habitación hay una cortina en vez de puerta, el piso es de cemento pulido. Me hace un gesto para que me siente en la cama, y Estefy abandona la habitación 

Maritza me observa con sonrisa que me atenaza:  

-Lo tuyo es un mal de amor, Es o no es?

-No tengo novia ahora.

-Allá adentro la tienes (y me pega con el dorso de la mano en el estomago dos golpecitos) 

Se  sienta a mi lado, cierro  los ojos, En mis manos hay ahora una bola de masa de harina de trigo. Me dice que haga un cilindro largo y luego lo aplaste .

Ahora  sé de qué habla, concateno mis sueños.

Posa sus manos pequeñas y regordetas en mis antebrazos y las sube suavemente a manera de caricia. Mis ojos permanecen cerrados, la escucho muy lejos …

Siento un calor inesperado, trató de rehuir, Una fuerza novedosa  hace que mueva mis labios. Entran esporas por mis fosas; entonces la recuerdo años atrás en la terminal de transportes entre la oscuridad, siento sus lagrimas calientes .

-Despídete, me dice.

-Que?

-Despídete, hombre!

Y me  besa la Gérida. La tomo por la cintura, una suavidad aromática, un aceite que me impregna. Ahora es Tattiana Pappa; Los colores se arremolinan en un magnetismo luciferino, Las texturas se convierten en opio.

-Despídete, ahora.

 .

La Gérida al fin se levanta  y tengo los ojos llenos de lagrimas.

-Ya no me puedes besar más nené.

-Me observa con ternura y desaparece tras las cortinas que hacen de puerta.

Quedo sentado impávido, y entonces entra Estefany.

-Lo sabía primito.

Me permiten quedarme unos minutos más y bebo una yerba que esta en el fondo de la totuma y refulge con la cadencia espectral de las nubes.

Esa noche bajamos por los escalones de doble altura del barrio popular de Regadero norte. Las mariposas habían abandonado mi estomago, pude bajar de a dos las escalinatas.

-La noche es hermosa Stefy.

-Si, pero Vámonos que se pone peligroso a esta hora.

Le sonreí -la luna era gigantesca-  

 .

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