Nuestros corazones no se olvidan

Nuestros corazones no se olvidan

Elizabeth

08/03/2021

Elina se dirigía a su trabajo, donde siempre había soñado trabajar. Al llegar a la recepción saludó con todos y no había tomado en cuenta quien estaba en la sala de espera, y quien no había dejado de verla ni un instante.
Años atrás, Elina trabajando en otra institución, pero esta educativa había conocido muchos jóvenes de su edad y con muchos de ellos había hecho amistad. Sin embargo, estaba pasando por un momento difícil. Ella creía que la amistad siempre sería reembolsada de la misma forma en la que ella la había dado, pero la compañía y consuelo de otras amistades que si habían demostrado lealtad serían sustento para sobre salir, pero tomaría tiempo. Como todos sabemos a veces es duro que una amiga o un amigo traicione tú confianza.
En el transcurso de ese proceso Elina se centró en su trabajo, un día salió a realizar un trámite, pero unos días antes le habían comunicado la llegada de dos ayudantes académicos a su departamento, pero serían mujeres.
El día llegó, y los dos ayudantes llegaron. Elina abrió la puerta y recuerda como sus ojos y los de él se conectaron como nunca, en ese momento no lo supo. Al entrar los miro, saludo y siguió con su trabajo. Al pasar los días, era tanta la concentración que la presencia de los jóvenes había pasado desapercibida.
Semanas después comenzaron risas coqueteos, pero que ella no comprendía, hasta que uno de ellos se atrevió a preguntar si era soltera, a lo cual contestó sí. Fue el instante en el que esa historia tan única e irreal empezaría.
La química era inigualable. Habían empezado a salir a comer, beber, pasear. El encuentro había convertido un eclipse estelar que el amor necesitaba.
Al terminar todo duraría años difíciles, porque cada noche desde que terminaron, ella lo soñaba y su corazón sentía como gritaba su nombre, como su corazón gritaba la necesidad de encontrarlo.
Sebastián se había casado. Pero aún así Elina seguiría sintiendo la necesidad de respirar su aire.
Pasaron los años, Elina encontró a un hombre maravilloso, descrito desde un cuento de hada, todo caballeroso, buen mozo, educado, trabajador, inteligente, guapo. Aunque era feliz, su corazón guardaba un duro secreto, la necesidad de su Alma gemela.
Un beso, sería el protagonista del reencuentro sentimental entre Elina y Sebastián. Elina muy distante ignoraría que ese día encontraría a Sebastián mientras él solo la miraba. Ella siguió a su oficina y el conseguido el pase se direcciono a su destino. Pero sería a la salida cuando ese eclipse renacerá. .
Ya tarde, ella salía con un compañero, Sebastián desde un costado dijo: Elina, como estas?. Ella regresó la mirada y solo dijo: ¿tú? Él se acercó y le dijo lo hermosa que se había puesto y le dijo: puedo invitarte un café?. Elina solo dijo: que buscas? Elina había recordado que estaba casado. Por fin sería el inicio de esa verdadera historia o simplemente el tiempo señalaría lo atrasado que él estaba ?.

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