I’m leaving.
Así empieza tu diminuta odisea.
Sucede tras una noche de pasión y complicidad. Una noche que comenzó con pequeños comentarios para dar a entender el interés mutuo. Respetamos el protocolo hasta llegar al momento en el que ambos decidimos deshacernos de él, destruyéndolo a base de caricias, gemidos y besos. Incluso decidimos quedarnos abrazados para evitar la helada de un otoño frío después de un verano tan cálido.
Y aun así retrasamos la separación por miedo a la despedida.
Nos encontramos de pie a ambos lados de la cama, la misma que ahora pone distancia entre nosotros. Miramos a nuestro alrededor buscando la ropa que derramamos con cierta violencia por la habitación, y nos vestimos cubriéndonos la piel con escamas para tapar los secretos que anoche nos conquistamos.
Hacia la salida nuestros pasos son lentos. Tú vas delante; yo te sigo. A veces miras hacia atrás, como quien mira al extraño que parece seguirle por la calle, pero recuerdas el camino. Abres la puerta lenta y tediosamente, dándonos una tregua que dura sólo unos instantes. Giras tu cuerpo y me miras a medio gas. Un silencio se sucede a la espera de saber quién dirá la primera palabra. Soy yo:
Well, I hope you had a good time.
Vaya mierda de frase.
Nuestros cuerpos empiezan a acercarse hacia un abrazo frío y seco. Los mismos brazos que se entrelazaron la noche anterior con cierta tensión buscando el contacto, ahora ejercen una fuerza opuesta para que nuestras pieles se rocen lo mínimo posible.
Inevitablemente nuestras caras se cruzan por el camino, y nuestras fosas nasales comprueban que el olor es el mismo que cuando tu cabeza estaba en mi cuello. Las mejillas se rozan y los labios vuelven a estar a una distancia tan corta que la gravedad los atrae hacia el beso.
Una gravedad impulsada por la hipocresía de habernos consentido tanto hace sólo unas horas. Un beso frío, corto, en busca de nada. Solo el leve contacto de una aguja que no quiere estar bajo la piel y que se lleva hasta el calor que dejaste en mi cama.
Nuestros labios agradecen la separación, nuestros cuerpos se relajan y nuestras miradas se cruzan por última vez con cierto alivio.
I have to go now
Te das la vuelta, coges la bicicleta, te montas con seguridad y sigues tu odisea.
De vuelta en la cama tu olor impregna mi almohada a la que ahora estaría abrazado de no ser por ese beso. Con cada respiración, tu olor se hace más pequeño. Con cada respiración, tú vas haciéndote más pequeño calle abajo hasta desaparecer por completo.
Take care. See you later.
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